Fábula III: La palabra que solo se puede decir una vez (1/3)

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Las gotas del plenilunio se evaporaban en los cabellos crepitantes de Arginan. "Pss, pss, pss". A la joven sin nombre se le erizaban los vellos de los brazos buscando el calor que emanaba la fogata. Mientras Colemar se estiraba larga y plácidamente los brazos, haciéndolos crujir. Se llevó la mano a la boca con un bostezo y culminó su ritual para despertar frotándose los ojos.

La luna se había ocultado en los piélagos nuevamente, dejando al mundo en oscuridad casi plena, exceptuando por las estrellas, las parvadas de pájaros que se amontonaban en el cielo cantando y la pequeña llama de Arginan.

—Mi última fábula —dijo Flevata con una voz enardecida de sentimientos —. Comencemos entonces...

»Y así pronuncié la palabra que solo se dice una vez: Latux que significa: te amo. Después que se dice, no se la puedes repetir a nadie más. Le puedes decir: te quiero a tus padres, te aprecio a tus hermanos. Pero te amo es una palabra exclusiva para los amantes.

»Me alegró saber que también era la primera vez que ella pronunciaba esa palabra. Muchos cometen el error de pronunciarla de manera muy apresurada en su juventud, y otros, aguardan hasta su vejez por alguien a quien decirle esa palabra, pero para entonces, si es que llegan a encontrar a ese alguien después de tanto, la otra persona ya le habrá entregado esa palabra a alguien más. Y nunca podrán escucharla de esa otra persona jamás.

»Nunca hay que apresurarse o aguardar mucho tiempo para decir un: te amo. Simplemente, se debe decir en el momento correcto y a la persona correcta. Nunca antes, ni después de eso. En cuanto sale de tu boca, no hay marcha atrás.

»Es una palabra mágica y solo se debe pronunciar a la persona amada, cuando no hay nadie más a su alrededor.

»Como sabrán, las personas pálidas vinieron del otro lado del mar, de los confines del mundo. Con sus extraños barcos que la gente de piel oscura como ustedes jamás habían visto. Nunca se ha vuelto a ver otro tipo de personas o barcos cruzar el mar del archipiélago desde la llegada de la gente sin color. No se sabe por qué razón vinieron al archipiélago pero se quedaron.

»El clima cálido y tropical del archipiélago no les agradaba. Muchos se acentuaron en el Continente en Forma de Serpiente porque era el único lugar en todo el archipiélago que contaba con estaciones que no fueran el verano y la época de huracanes, y cuyo clima era agradable para ellos. Antes, no existían muchos mamíferos en el archipiélago, además de los murciélagos, ballenas o delfines. Fue hasta la llegada de la gente pálida que se introdujo gran parte de los mamíferos que conocemos hoy: desde las vacas que ayudaban a producir leche para los niños, hasta las ovejas para la lana o los cerdos que servían para alimentar a poblados enteros.

»Todo era muy agradable... hasta que llegaron las guerras contra las personas del otro lado del mundo. Si creían que los Cambiaformas eran malos... debieron conocer a los cabellos de plata. Lo que alguna vez fue un lugar hermoso con árboles de robles, montañas agrestes y bosques, pronto, se convirtió en una zona de terror.

»Los árboles eran cortados para crear barcos de guerra. Los bosques eran incendiados para asesinar a los enemigos de algún bando que se encontraban acampando en ese lugar y las montañas se convirtieron en escondites para los soldados.

»Se creó una enorme barrera de fuego que cruzaba todo el continente. Lo que ustedes conocen como: La Línea de Fuego. Trincheras, o mejor dicho un cañón artificial, alimentados con los barcos, cuerpos de personas o los enormes árboles... cualquier cosa servía para mantener a esa enorme barrera de fuego viva.

»Las personas de piel pálida tuvieron que huir de ese lugar, se lanzaron, después de muchos años, al inclemente mar. Sin embargo, en esas épocas, era en extremo peligroso cruzar el archipiélago, principalmente por los titanes que vagaban por todos los mares. La maga Nyileli, apenas había salido en búsqueda de los titanes. Ecra y yo no teníamos los recursos para salir del continente... así que tuvimos que quedarnos con nuestra hija. Y aquí es donde comienza todo.

Cuentos del viento marino: La ladrona de nombresWhere stories live. Discover now