Your smile M.YG

♥︎ 07 ♥︎

Me quedé sola con el doctor Do. Le conozco desde hace varios meses, justamente desde que me enteré de mi embarazo. Coincidió con ser un buen amigo de Kenan. Eran amigos desde la escuela y fue agradable para ambos hombres reencontrarse en una situación tan "feliz".

Al menos era una situación "feliz" hasta ese dichoso día. Desde ahí supe que mi vida jamás volvería a ser como antes. Una parte de mi, murió con Kenan.

— Haelyn sé que es difícil, pero debes salir de esto y resistir por Kyree. Él te necesita y tú no puedes atenderlo como él se merece.

— Está bien, ya lo sé, Do. Iré a terapia y buscaré un trabajo, para poder pagar una niñera o algo.

— Ahora te hablo como amigo, y no como doctor sexy y apuesto. –Bromeo antes de ponerse más serio – Haelyn, si necesitas hablar, tomar un café o cualquier cosa, puedes hablarme.

— Lo tendré en cuenta, Do.

Ambos nos levantamos del asiento, él me acompañó hasta la puerta e incluso salió conmigo al pasillo.

Los dos nos quedamos mirando al chico pálido, quien estaba rodeado de enfermeras. Todas coqueteaban con el chico, veo que ya descubrieron de quién se trataba.

— No sabía que te juntabas con famosos de otras empresas, Haelyn.

— Solo me junté con Yunho y alguno de los chicos de Ateez y porque eran amigos de Kenan, si no, no les conocería… Y ellos, bueno, son mis vecinos.

— Medio mundo soñaría con tenerlos de vecinos y tú tienes suerte… Aún espero mi autógrafo de Jungkook.

Rodé los ojos ante el último comentario.

— Se lo pediré… Creo que debería irme.

— Te enviaré los pasos y horarios de las sesiones por mensaje. Sé que se te olvidará al salir del hospital.

Asentí, nos hicimos una reverencia y me alejé de él. Para ir en dirección al chico, quien parecía estar bastante incómodo con esas cuatro chicas. Es graciosa la situación, al menos para mi.

— ¿Yoon, terminaste con estas chicas? Tengo recados importantes que hacer, puedes seguir coqueteando por mensaje o al menos darme al bebé.

— No hay nada que continuar, solo le pedí a una de estas señoras una servilleta y se me abalanzaron todas.

Las cuatro mujeres lo miraron de mala forma. A ellas debió de sentarles mal el comentario del pálido.

— ¡Será egocéntrico el idiota! –Exclamó una de las enfermeras cruzándose de brazos.

— No eres el culo del universo, solo estábamos ayudándote. –Recriminó otra de las enfermeras.

— Los famosos de hoy en día no tienen respeto, encima que le ayudamos, nos trata de acosadores… –Continuó otra de las enfermeras sin tapujos.

— Se le subió la fama a la cabeza seguro. –Finalizó la última enfermera.

La cara de confusión y vergüenza del chico, me hizo el día. El momento más feliz de mi día, seguramente.

— Disculpen si estuvo fuera de lugar. Solo me incómodo el acercamiento tan repentino. Aún estoy aprendiendo a ser padre y me agobio bastante.

El enfado de esas cuatro enfermeras cesó. Ahora lo miraban con admiración. ¡Será mentiroso el muy idiota!

— Debo irme, pero de nuevo me disculpó con ustedes. –Sonrió de forma amable y tiró de mí brazo mientras empujaba con el otro el carrito en el que ya estaba Kyree acomodado.