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Desperté sintiéndome un poco mejor. Salí de la cama con cuidado, escuchaba a Kyree llorar. Seguramente tenga hambre y no quiera comer sus papillas.

Salí de la antigua habitación de Yoongi, mientras bostezaba. Pero me morí de la vergüenza al ver al señor Min tomando café, mientras me miraba.

Amh… Buenas tardes. –Le sonreí tímidamente, mientras escondía mis manos con las mangas largas de la sudadera de Yoongi que llevaba puesta.

Buenas tardes, señorita Monner.

El tono grave del hombre, me hacía sentir pequeña e intimidada. Es un hombre que impone bastante, no es tan alto, es solo un poco más que Yoongi. Pero si es muy serio y distante. O eso aparenta.

¿Quieres algo de comer?

No es necesario…

No es un problema, yo tengo hambre, así que… ¿Ramen? No es una merienda normal, pero con este clima loco, apetece cualquier cosa caliente.

Asentí con la cabeza. No tenía mucha hambre, pero tampoco podía hacerle el feo. Acepte y me encamine a la sala. No estaba la señora Min, solo estaban los dos niños, con el pequeño Kyree.

Agarré a este en brazos, sintiendo como pesaba. Ya son seis meses y es horrible lo que pesa. Pronto serán siete y cada vez pesará más.

Debía darle el pecho, pero sería incómodo con el señor Min. El problema es que no había forma de calmarlo y no, se negaba a comer las papillas. Minah lo había intentado y el pequeño solo se enfadaba y chillaba. No me quedó más remedio que sacar uno de mis brazos de la sudadera, para poder darle el pecho. Debajo de la sudadera tenía una camiseta de tirantes, por lo que no estaría desnuda del todo y usaría la manda sobrante para cubrirme un poco.

Aunque tenía claro que el señor Min no haría nada que pudiera incomodarte. Me acomode en el sofá, con Minah a mi lado, quien jugaba con la pequeña mano de Kyree.

Prepare ramen para todos.

El hombre dejó la cazuela y a los minutos trajo los bol y los palillos para todos, además del agua. Tomó asiento a mi otro lado libre, era un poco tensa la situación.

Me gustaría poder hablar contigo, Haelyn. No por algo en concreto, pero quiero conocerte un poco más… Puede parecer raro, pero mi hijo te aprecia muchísimo y no me gustaría que te sintieras incómoda conmigo o con mi mujer.

El hombre habló con sinceridad, a pesar de no estar mirándome, justamente para no incomodar me. Aprovecho a hablar, mientras repartía la comida y los niños estaban distraídos.

No hay ningún problema, me siento agradecida con ustedes.

Comimos escuchando las anécdotas de Jeongho a quien pronto quitarían al fin la escayola de la pierna. Cuando terminamos y el hombre recogió la mesa, aproveche para apartar a Kyree, quien se había ya terminado de comer y acomodé mi ropa.

Cuando el señor volvió me habló un poco de su hijo, me contó anécdotas de Yoongi de pequeño, para que me sintiera más cómoda. Fue gracioso escuchar como el hombre narraba lo travieso e inquieto.

Me hizo especial gracia la vez que según el señor Min fueron a la playa y el pequeño Yoongi se hizo el valiente escapando sé de la vista de sus padres y metiéndose en el mar.  Pero el pequeño Yoongi no contaba con caer de su flotador y ahogarse en el mal. Menudo susto se llevó el pequeño Min y sus dos padres.

Yo ahora lo recuerdo como algo cómico, pero ese niño era un trasto. No paraba quieto, ni siquiera en navidad cuando debía dormir para obtener su regalo, el muy cabezota estaba despierto y perdió la magia de la Navidad… Paciencia tienes con él, yo no le aguanto y eso que soy su padre.

Your smile M.YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora