Un chico con un gran problema para conciliar el sueño.
Ella, el principal problema del chico. Sus vidas se entrelazan después de un terrible accidente y un horrible llanto desconsolado.
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Lo tenía claro, me iría. Lo tenía que hacer por Kyree, seguir aquí nos confundía y no puedo permitirme joder así a mi pequeño.
Me levanté temprano, tuve que apartar los brazos de Yoongi. No se en que momento entro a la habitación durante la noche. Suspiré mientras agarraba algo de ropa, me daría un baño y saldría con Kyree, para desayunar con el grupo de madres.
Me di un largo baño de agua caliente y me asee tomándome mi tiempo. Cuando volví a la habitación Yoongi ya estaba vestido y acomodan a Kyree sus diminutos zapatos.
— Oh, ya estás lista. ¿Nos vamos ya?
— ¿Qué? ¿A dónde? Tengo desayuno con las madres.
— Lo sé, yo programé la agenda, ¿recuerdas? también voy.
— No es necesario. –aclare tajante, ante su estúpida sonrisa.
— Si lo es, siempre nos sacan fotos durante nuestras salidas. Si no damos evidencias, la gente empezará hablar.
No entiendo su actitud, es como si no le importará lo que hablamos ayer.
— Pero es que no estamos juntos. –aclare un poco cansada de las estúpidas portadas en revistas – No es necesario que vengas.
Agarré al pequeño, haciendo gruñir al chico.
— Voy a ir igualmente. –finalizó.
Bufé incrédula subiendo al coche. Al final por sus cojones tuvo que venir y encima no contento con llevarlo a él, tuvimos que llevar a Minah y a Jeongho en muletas.
Todo el trayecto me lo pasé de brazos cruzados, intentando evitar cruzar la mirada con él. Al llegar al restaurante yo me encargue prioritariamente de Kyree y también terminé haciéndolo de Minah, ya que la niña se agarró a mi brazo mientras llevaba el carrito del pequeño.
— ¡Haelyn! Es bueno verte.
Hacía tiempo que no me juntaba con las madres y lo añoraba. Tomé asiento junto a ellas, con intención de alejarme lo más posible de Yoongi. Pero no funcionó, porque terminó sentado a mi lado.
En verdad no entendía su actitud. Estaba siendo inmaduro, más después de lo que le comenté ayer. No terminaba de estar cómoda, por lo que me mantenía en silencio o respondía con monosílabos.
— ¿Están enfadados? –pregunto sin tapujos la chica rubia a la que tanto odia Yoongi.
— Algo parecido
Fui sincera, aunque eso detonara un largo suspiro por parte del chico y un carraspeo.
— Eso a ti, ni te va, ni te viene.
— ¿Puedes dejar un momento de ser tan grosero? –pregunté girándome en su posición, para poder enfrentarlo.
— No quiero hablar delante de estos, no les interesa nuestra vida.
