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Abrí mis ojos lentamente, mientras me tocaba la cabeza. Me dolía muchísimo y me sentía como en un barco.

Al abrir los ojos me encontré con la nariz del chico casi rozando la mía. Su aliento me daba directamente en la cara, sería asqueroso, si él no oliera siempre a menta. Es muy higiénico, siempre huele bien y eso me jode. Yo seguro huelo a orangután sudado y el a perfume caro y eso que está durmiendo. Le dura el perfume más de cuarenta y ocho horas.

Su brazo estaba justo debajo de mis pechos y su pierna estaba subida encima de la mía. Debe ser cómodo para él, ya que está roncando en mi cara.

No voy a quejarme, porque seguramente me dé un terrible sermón por lo sucedido ayer. Así que, puedo aguantarme esta situación o despertarlo y ser regañada… Definitivamente aguanto esto. Además curiosamente no es incómodo, creo que ya estoy acostumbrada a su presencia y no es una amenaza para mi.

Me tomé la libertad de observar lo con detenimiento, no podía negar que era un chico atractivo, sería estúpida si lo hiciera. Su nariz me parecía adorable y sus pestañas se mezclaban con algunos mechones de su cabello.

El me hace sentir cosas que yo aún no llegó a comprender. Soy joven y apenas entiendo mis propias emociones, tampoco sé realmente como son las relaciones. Mi única pareja fue Kenan y tengo claro que nadie llegará a hacerme sentir, todo lo que sentí con él.

Cuando empezamos a salir recuerdo que no sabía cómo hablarle, empezamos como un royo de una noche fuera de control. Jamás creí vivir una vida junto a él, ya que me parecía muchísimo más maduro y yo me consideraba una idiota antisocial. Con él aprendí a salir de mi zona de confort, aprendí a vivir. Irónico que ahora vuelva a sentirme esa burbuja cerrada.

Está claro que mi vida ahora es una puta mierda, nunca mejor dicho porque estoy literalmente en al mierda. Pero Kenan decía que cuando estás lo más jodido, ya tirado en el puto suelo al fondo, solo queda subir, porque más abajo no puedes caer. Ahora solo queda echarle huevos y seguir adelante.

Lo triste es que por más que me repita su frase de aliento, no me la creo y no siento esa fuerza que él me daba, para arrasar con todo.

Estaba concentrada en el techo, perdida en mis pensamientos. Hasta que el chico movió su brazo inconscientemente dejándolo sobre mis pechos. Poco duró ahí, del grito de dolor que pegué. El se despertó asustado, mientras yo me quejaba tocando mis pechos.

¡Dios, serás hijo de puta! –Grité al aire, dejándolo aún más confundido.

¿¡Qué haces loca!?

¡Duele imbécil! Ten cuidado cuando me toques los pechos.

Esperen… ¿¿ustedes dos se andan toqueteando?? –La voz de Jungkook nos asustó.

Por inercia me tapé con la sábana, algo ridículo, puesto que llevaba mi pijama de tirantes. El chico nos miraba desde el marcó de la puerta, de brazos cruzados.

¿¡Y a ti qué cojones te importa!? ¡Largo de aquí mocoso!

El mayor le tiró la zapatilla, espantado al curioso Jeon.

Dios es tan cotilla el idiota… Y yo no te toque nada, por lo menos no estando consciente.

Ahg me duele la cabeza…

Fingí un poco dándo le más dramatismo, para evitar que me regañara. Más ahora que lo desperté a gritos, seguro está aún más enfadado. Él seguía tumbado, así que aproveché para dejarme caer sobre su pecho, ocultando mi ridícula cara de dormir y de señora con resaca.

Your smile M.YGWhere stories live. Discover now