Prólogo.

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Nuestra historia es mucho más antigua que un simple contrato de matrimonio por convivencia.

Desde que tengo memoria que el pelirrojo ha estado en mi vida, según nuestros padres nos adoptaron a una temprana edad. El punto es que nunca me lo he podido sacar de encima, donde quiera que vaya lo encontraba, mismos amigos, el mismo curso del mismo grado en el mismo colegio. Siempre metiéndome en sus problemas desde el jardín de niños hasta en la universidad. 

Su hiperactividad y notorio entusiasmo siempre me han desagradado. Aunque tiene algo destacable, que no importa cuantas veces se caiga, se equivoque o la esté cagando, siempre empieza otra vez con el mismo optimismo. Es simplemente un idiota sin remedio, un tonto cabeza hueca, al cual no soporto y no quiero aguantar más.  

Me hace sentir que no soy el protagonista de mi propia vida y eso no lo puedo aceptar. 


Ambos fueron adoptados por un feliz matrimonio de una increíble y deslumbrante familia, todo bien hasta ahí. De hecho, tenían un hermano mayor muy responsable, callado y tranquilo. Sin embargo para Buggy, su real problema era el "otro adoptado": Shanks, el pelirrojo. 

Sus padres eran una maravilla, cariñosos, comprensivos y muy consistentes. Siempre se sintió agradecido de terminar en sus manos y no olvidado en el orfanato, o en otra familia. Tampoco jamás deseó encontrarse nuevamente con sus verdaderos padres. Con ellos aprendió que el concepto de familia no era algo que se determinaba por los lazos sanguíneos, no importaba que no compartiera ni el más pequeño gen con ellos, porque no era un detalle fundamental si él era realmente amado por su familia. 

Era su hermano problema, con su insistente y abrumadora atención cernía sobre él, lo que hacia difícil de tolerar en la medida que crecían. Con cada año que pasaba su constante atención le comenzaba a desagradar tanto, que se dedicó a crear planes para largarse a temprana edad. Aunque no podía decir que todo habían sido momentos desagradables, ellos sin duda lo pasaron muy bien cuando no se encontraban sufriendo las consecuencias de las travesuras del pelirrojo. Para Buggy, estar con Shanks era similar a encontrarse de vacaciones de verano cada día de su vida, así era como realmente se sentía su presencia: deslumbrante como un sol y abrazador como una estrella incandescente. Era por ello, y por su propio bien que Buggy pretendía alejarse de él si realmente quería lograr grandes cosas. Debía alejarse de su hermano y preocuparse por su propia vida. 

 A los quince años, durante las inducciones del instituto, el maestro les pasó un curricular para que cada estudiante colocara cuales eran sus futuras aspiraciones

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 A los quince años, durante las inducciones del instituto, el maestro les pasó un curricular para que cada estudiante colocara cuales eran sus futuras aspiraciones. Lo que pretendían dedicarse en un futuro, aquello que estudiarían al entrar a la universidad. 

Cada alumno sentado en sus pupitres comenzó hacer correr la circular por sobre sus cabezas entregando una hoja al alumno que se encontraba detrás de ellos. Buggy esperó al final de su columna de asientos. Finalmente al tenerla en sus manos y hacerse la gran pregunta halló rápidamente su meta en la vida. Sus ojos azules brillaron con intensidad, fantaseando con un gran sueño. Se imaginó a sí mismo como un gran presentador, director de películas, una gran imagen pública, un personaje brillante, como también distinguido y carismático, sacando a florecer su impresionante personalidad y desplante. En el preciso momento que comenzó a dar rienda suelta a su sueño, a su lado recostado sobre su pupitre, Shanks cabeceando le sonrió. Decidido a llamar su atención lo picó con sus pies para que voltease a verlo.

Custodia compartida.(Efecto mandela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora