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Esa noche después del Club de Manualidades en la casa de los Donquixote, Clown y Corazón se subieron los dos despampanantes con trajes salpicados de pintura fosforescente, tacos con luces led y en los cuellos de sus chaquetas presumiendo luminiscencia neón, de igual forma llevaban llamativas gafas, con forma de corazones para Rosinante y de estrellas para Buggy. Y la lista de detalles extravagantes, que no pegaban ni juntaban, continuaba. Pero esencialmente aquellos accesorios eran lo que más se destacaba entre todas las "creativas intervenciones" que ellos mismos agregaron a sus ropas para lucirse arriba del escenario.  

Los dos con peinados de coletas agitaron a la ebria masa que los esperaba con emoción. 

Crocodile desde abajo frunció el ceño de tan solo ver a su "hermanito protegido" usando una peluca larga ondulada con coletas a ambos lados, imitando el peinado usual de Payasin. Gruñó molesto. Cada vez se le iban pegando más de las malas mañas de Buggy a su adorable bebé hermano. Con un ojo más agudo que el resto, pudo darse cuenta que los elementos de sus vestimentas no eran las típicas de utilería del antro, esas fachas no se las proporcionó del todo el Kamabakka. Más bien, eran antiguas ropas de su madre alteradas sin una pizca de gusto. 

No le gustó para nada lo que vio allí arriba. ¿Qué sigue después de esto? Subirán al escenario llenos de cascabeles y adornados con guirnaldas navideñas. 

El grande moreno se movió rápido entre la multitud, antes que los idiotas a su alrededor comenzaran a saltar en busca de su madre para informarle. Entró a las bambalinas después de cruzar el área solo autorizada para empleados.  

—¡Bonclay!— Lo llamó en cuanto lo vio con su tablet dando las últimas indicaciones a unos empleados. —¿Por qué los dejaste subir en esas fachas al escenario?

Bentham se volteó al percatarse de lo que estaba diciéndole. —No sé a qué te refieres.

—Sabes perfectamente de lo que hablo— El moreno se ofuscó más. El día anterior los había visto subir usando unos horrorosos zapatos con ojos locos y tela larga de felpa, con muchos más accesorios de color neón esparcidos en sus prendas —Si no se les pone un alto hoy, ¿Qué demonios se van a poner mañana?

—Ay, déjalos. Es lindo—. La mirada intensa de Crocodile hizo que Bentham cerrara los ojos con una expresión de doncella abatida. —Están dejando fluir su creatividad artística, solo déjalos ser.

—Estás advertido. A la vieja no le va a gustar para nada hacía donde está yendo el sentido de la moda de esos dos, ¡Payasin no hace más que potenciar la estupidez de Rosi! 

Bon se calló su argumento, el verdadero problema era que Buggy contaba con mucho tiempo libre y era por eso que ambos estaban haciendo tantos "arreglos" a sus presentaciones. En lo que Buggy consiguiera trabajo el asunto se acabaría, tampoco es como que le duraría para siempre su mala racha de desempleado.  

—¡Tienes que hablar con tu amigo, porque está descontrolado!

Al terminar el show, Buggy vio la cara de "puta vida" de Crocodile que iba dirigida a su persona, así que antes que el depredador ese le echase una mano encima, el de cabello azul corrió metiéndose debajo de las mesas para huir y salvar su vida. 

—¿Dónde se metió Payasin?, Tengo que decirle unas cuantas cosas. 

Rosinante se volteó extrañado ya que venía detrás de él —Estaba justo aquí— hizo una expresión exagerada al ver que no se encontraba donde se suponía que se hallaba antes, dejando en cambio una estela de luz ir a toda velocidad a través de los muebles cerca de la puerta. 

Crocodile miró detrás percatándose que en el suelo se emitían acusatorias luces de diferentes colores por debajo de las mesas, producidas por esos tacones metalizados alterados con leds. Allí está escondida la rata. Cerró la puerta de salida de emergencia ya que veía hacía dónde iba. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now