4

355 36 32
                                    


—¡Hey, Buggy! ¿Ese que está entrenando allí, no es tu hermano?— Le preguntó la secretaria del consejo escolar. 

Se hallaban en la sala de reuniones del Consejo Escolar. El peliazul aludido se rascó la mejilla y miró por las ventanas para corroborar que se tratara de Shanks. Puso su cara de pocos amigos nada más confirmar que el pelirrojo fue a jugar y cumplir sus deberes con su equipo. 

—¡Ese vago!— Se molestó al verlo reírse a todo volumen. Desde la cancha se escuchaba hasta el segundo piso donde estaban. —Sí. Más bien, nos criamos juntos. No somos hermanos realmente— Aclaró de mal humor. 

La chica se largo a reír. —No debí preguntar, parece complicado. 

—No lo es, no es para nada complicado. Solo es molesto estar aclarándolo cada vez— ordenó los documentos frente a él —si decimos que somos hermanos empiezan los comentarios, siempre los mismos, por qué no nos parecemos, o si somos realmente adoptados— Hace tiempo que alguien no le preguntaba. 

La bella chica de cabello castaño rosa ordenado en una melena le sonrió. —Me habías dicho que tenias dos hermanos— el tono dulce de ella hizo que de pronto perdiera el sentido de estar de mal humor. 

A ella no le importaba el carácter temperamental de su novio, le gustaba porque era guapo y muy dedicado, además de divertido y muy ocurrente. Jamás se aburría a su lado.    

—¡Ah, perdona!— se sonrojó e hizo una mueca. Él mismo le había dicho antes, cuando ella le preguntó si podía ir a su casa, pero este le dijo que su hermano seguramente estaba durmiendo.—Mi otro hermano está en la universidad. 

—¿En serio? Dijiste que iríamos a la misma universidad ¿Es la misma universidad a la que asiste tu hermano mayor?

Buggy sacó pecho muy orgulloso —¡Pues claro!— Era un excelente universidad y no estaba dispuesto a ser menos que su hermano mayor. —Deberíamos ir al centro de juegos al terminar ¿O prefieres ir a un café?

Su novia le tomó la mano —Vamos a los dos lados. 

Gracias al gran comunicador que era Dracule, sabía que habían días en los que Shanks se quedaba allá. Su hermano mayor le mandaba una foto del pelirrojo durmiendo en la sala aunque habían días en que no sabía en donde terminaba durmiendo. También habían días como ese en que el pelirrojo aparecía en el instituto. Buggy sentía que al fin estaba viviendo su tan anhelada independencia, lejos de su hermano pegajoso con apariencia de hippie, borracho y vago. 

Por un lado se sentía afortunado, pero por otro no hacía más que sentir ansiedad, como si algo inesperado pudiera ocurrir en cualquier momento. 

Durante ese mismo día, pasada la hora de la cena tras tener un esplendido día, Buggy colocó la llave en el cerrojo pero la puerta de su apartamento estaba abierta. Frunció el ceño —¿Shanks?— Entró enojado ¿Por qué era tan descuidado?

Al entrar el pelirrojo tenía una toalla en la cabeza y estaba estilando mojando por todo el suelo como un perro mojado. —¡Oh, Buggy! ¡Bienvenido a casa!— Le sonrió brillante y atento. 

—¡Nada de bienvenido! ¿Por qué no cierras con llave? ¡Quieres que entre alguien!— Lo último que necesitaban era que les entraran a robar, al fin y al cabo solo estaban llegando a dormir, bueno principalmente él, ya que Shanks últimamente se estaba quedando en otros lugares.

El pelirrojo lo miró como si fuera algo obvio —sí, tenías que llegar ¿No?— Dejó a Buggy desconcertado, como podía ser tan iluso. —¿Estabas de buen? 

—¡HA! ¡Estaba! Tú lo dijiste— cerró bien la puerta detrás suyo. —Pasé la tarde con mi novia— Dijo resentido, odiaba esa parte tan descuidada del pelirrojo.  

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now