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Uta estaba muy contenta por el avance, de hecho improvisó un baile de celebración. Dio unos cuantos saltos pequeños antes de arrojarse encima de la cabeza de Buggy con esa tremenda energía heredada por el pelirrojo. Buggy la dejó que tirara de su cabello mientras jugaba, después de todo cómo le dijo anteriormente, su pelo crecía muy rápido.

—No falta mucho hasta que pueda atarlo— Le confirmó para que fuese aún más feliz. 

La niña se largo a reír animada y viajó con la vista hasta mirar para tras y dedicarle una sonrisa orgullosa a su padre pelirrojo, midiendo a simple vista. —¡También estas haciendo un buen trabajo con el nido rojo! 

Buggy no pudo evitar reírse de su propia desgracia, al menos su "tortura" hacía feliz a alguien. La tomó por debajo de los brazos, girándola sobre su cabeza y la sentó en su estómago. Echado en el sillón tratando de sentir la comodidad de su casa, la que tanto le faltaba últimamente. Tomó de las manos a Uta y la miró fijamente para dejar firme su postura —Mi princesa, no quiero volver a verlos pelearse así. Tu papá no es feliz llegando a casa y encontrarlos peleándose por puras tonterías. 

Siendo aquella una de las cuantas veces que ya los había encontrado riñéndose entre ellos apenas llegar del trabajo.

Uta se defendió —¡Shanks dijo que él era el más especial para ti!— Volvió a crisparse por la rabia.

El pelirrojo trastrabilló y se golpeó un dedo del pie al ser puesto en evidencia tan pronto. Aulló tratando de contener el dolor del dedo pequeño y el dolor de la vergüenza aglutinándose en su interior. 

Buggy suspiró ¿Por qué pelean por algo tan obvio? —¿Y eso es verdad? ¿Lo pones en duda siquiera, mi princesa estelar?

Ella agitó su cabeza —soy lo más importante para papá— Uta alzó su pequeño dedo índice—. ¡Primero está Uta! 

Asintió —exacto y qué sigue. 

—La abuela Shaky y el abuelo Ray están en segundo lugar— cantó la niña con su sonrisa ahuecada en otro lugar porque había perdido otro diente de leche. En cambio el anterior ya había crecido casi por completo. 

—Sí, sí, así es. No tienes que pelearte por eso, ¿Entendido?— Buggy le lanzó una mirada de advertencia a Shanks. Él era el adulto y tenía que estar en control de la situación no perjudicándola aun más. —La próxima vez van a solucionar sus problemas con un juego de piedra, papel y tijeras ¿Les ha quedado claro?

Los dos pelioneros alzaron su mano hacia su frente como un saludo marcial para prometer al mismo tiempo. Ambos mostrándose obedientes dijeron —¡Sí, señor!— Antes de largarse a reír.

Le preocupaba a Buggy que esos dos se mordieran entre ellos y no estar presente para mediar entre ambos. Podía monitorear a Uta en el colegio por medio de la comunicación fluida que tenía con Banchina, la madre de Usopp y esposa de Yasopp, podía controlar la rutina de Uta mensajeando a Barto, lo que hacía constantemente, a qué hora comía o dormía. Todo eso funcionaba bien, salvo las interacciones entre padre e hija en las que no tenía ningún control a menos que estuviera presente. Shanks no le contaba sus problemas, el idiota se erguía como tronco sólido sin problemas soportando todo o evadiendo en su defecto y eso le limitaba a él que necesitaba de la valiosa información para poder solucionar problemas. Resumiendo el método de ambos para enfrentar lo problemas y dilemas, se contraponían y los hacia entrar en conflicto.

Cómo lo frustraba aquel imbécil. Abrazó a Uta que estaba tarareando una canción para él porque lo notaba cansado. 

Cuando el pelirrojo dejó de cocinar vio a sus dos amores durmiendo plácidamente en el sillón. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now