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La sensación adrenalínica fue la mejor. Su pecho subía y bajaba con intensa emoción, se bajó de ese escenario con un montón de gente álgida gritando sus nombres: Corazón y Clown. Rosinante no lo podía creer, cantaron unas cuantas canciones e hicieron unas bromas mezcladas con trucos de magia estúpidos que les salieron tan mal que resultó un furor cómico.  Él estaba preocupado porque pensó que sería un show serio y aunque no resultó como tal fue ¡Fantástico!

No se dio cuenta cuando fue que todo se acabó, solo cuando sintió un golpe en el pecho de felicitaciones lo hizo reaccionar. 

—¡Eso estuvo excelente!— La risa estruendosa le recordó que todo eso había sido real. —¿Cómo fue que se te ocurrió arrojarte al suelo antes de coger la carta?— Buggy se golpeó la cara riéndose a carcajada limpia, apenas pudo controlar la risa en el escenario. 

—No fue planeado— Rosinante le enseñó sus rodillas rasmilladas. Sobre sus pantalones se podía vislumbrar la sangre seca. —Me caí de verdad. 

—¿Qué?— El más bajo hizo una mueca, eso se veía doloroso. Se rascó la cabeza sopesando la situación —demonios, pensé que estabas improvisando como yo... — Buscó con los ojos el botiquín. Tenía que haber uno por allí en algún lugar de los camerinos. 

Se sintió mal de golpe, por lo que mientras buscaba lo necesario dio una indicación para enmendar su falta. —Quítate esos jeans. 

La puerta se abrió casi de golpe, Buggy sobrereaccionó haciéndose a un costado perturbado por si alguien habría malinterpretado lo que acababa de decir. Para colmo, era el terrorífico amigo de su hermano mayor quién le dio una mirada fulminante, cuya intensidad rezaba con letras mayúsculas "degenerado". Crocodile, semejante bestia estaba ahí también en ese bar lleno de travestis homosexuales. Se estremeció cuando la mirada sofocante del hombre cayó en su débil persona. 

—Hola... — ¡En serio! ¡Con qué alimentan a estas bestias! —No estábamos haciendo nada raro— se excusó con el hígado en su mano. 

Sin embargo fue ignorado deliberadamente. 

Crocodile se encontraba aún evaluando la situación frente a él, viendo a Rosinante con los pantalones a medio culo solo porque un tipo cualquiera le pidió que se los bajara. En serio, ese niño no estaba apto para la vida, pensó. ¿Hace cuánto que se conocían que ya le enseñaba el culo? 

Se pegan el show en el escenario y tras bambalinas también. 

Buggy  vio que el amigo de su hermano traía un botiquín en sus manos, eso le aliviaba un poco su conciencia, supuso que el mayor había venido tras ver que el chico se había herido durante la actuación. La situación no podía ponerse peor para él si ellos ya se conocían o tenían alguna conexión. 

—Déjame ver eso, mi pequeño actor de infomerciales— el tono amenazador y prepotente de Crocodile se podía notar ligeramente más amigable y con una inusitada dotación de sarcasmo, en el momento en que se dirigió al gigantesco rubio. 

—No me digas así en frente de los demás— Me pones en evidencia. Rosinante enrojeció en el momento en que su amigo sobreprotector usó el apodo "especial" frente a una persona que acababa de conocer.

Buggy quería reír pero lo soportó lo mejor que pudo hasta que vio a Crocodile rasgar esos pantalones solo con sus manos, sus ojos casi se salieron de sus cuencas y escupió sangre. Un pensamiento ominoso llenó su cabeza de pronto. El mismo Crocodile era capaz de coger un poquito de la piel de su estómago y despellejarlo con la misma facilidad que rasgó esos jeans para jugar con sus tripas. Su expresión se volvió cada vez más pálida, juntó sus manos completamente entregado a la sensación del horror, sin oponer resistencia notando todas las señales divinas, ya estaba pedido por el de arriba.

Custodia compartida.(Efecto mandela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora