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Aquellos últimos días estaban siendo demasiado calurosos. Tanto que durante el día que más necesitaron del aire acondicionado, este simplemente dejó de funcionar. Buggy se encontraba trepado revisando si podía hacer algo al respecto, sudando la gota gorda, la ropa pegada a su piel y sediento. El calor no hacia más que acrecentarse. 

—Papá has algo, tengo calor— Uta se quejó con Shanks. 

El pelirrojo estaba en peor estado. De los tres era quien tenía la temperatura corporal más elevada y también el más robusto, por lo que estaba lánguido y al borde de un golpe de calor. Lo más gracioso de todo era que afuera, en la selva de concreto el panorama no era mejor, así fue cómo se encontraron atrapados en casa. 

Shanks miró a Buggy y este le devolvió la mirada. El aire acondicionada todavía no estaba listo. Encorvó su postura desanimándose, dejando salir un enorme suspiro. Fue al baño y echó un poco de agua helada en la tina —Princesa, ve por tu traje de baño y juega un rato en la bañera. Uta que estaba arrastrándose como un caracol reseco, corrió a toda velocidad a su habitación y fue a zambullirse al baño. Al menos uno de ellos no estaría muriéndose por el maldito calor.

Sacó del refrigerador la jarra con té de cebada helada y sirvió un vaso con hielo para todos, llevándole con una sonrisa brillante a Buggy. Al menos podía ser servicial y atento. Al pendiente de lo que necesitaba el de cabello azul. 

—¿Llamaste a un técnico?— Le pasó un destornillador antes que se lo pidiera. 

—Dice que puede venir mañana—. Para entonces toda su familia estaría rostizada. La otra opción era caerle a Dracule en su casa pero serían muchas horas de viaje asándose dentro del vehículo. Uta y Shanks iban a enloquecer antes de llegar. 

El pelirrojo fue al baño y volvió con una toalla personal humedecida con agua fría que le pasó a su amado. No le dijo gracias pero realmente estaba muy agradecido. Buggy formuló solo en su cabeza, se agradece encarecidamente que uses el cerebro para variar. Resopló y se quitó la polera que llevaba puesta, estaba en casa y no era estrictamente necesario que vistiera por completo en un día infernal como ese. Usó la toalla para limpiar su sudor antes de colocarla alrededor de su cuello para explotar al máximo el frescor.

Shanks usó su flequillo para ocultar el rubor que floreció en su rostro al ver una pizca de desnudez en Buggy. No podía evitarlo cada vez que lograba ver un poco de ese cuerpo esbelto, fibroso y musculoso, se ponía igual que un adolescente. Súbitamente sintió cómo hacía más calor o tal vez solo era él, contuvo el aliento. Su camisa que ya estaba desabrochada hasta medio pecho, estaba tan pegada a su piel por culpa del sudor que solo quería quitársela. 

Buggy lo vio de reojo, parecía un perro empapado. El problema era que el aire acondicionado todavía no iba a estar reparado y todo parecía que tendrían que comprar uno nuevo. ¡No, los aires acondicionados son demasiado caros!. Resistió el distractor visual de las tetas de Shanks y le metió empeño en encontrar la falla del artefacto qué fácilmente podría tener su edad.

El pelirrojo se mantuvo asistiéndolo en cada oportunidad, y cada vez que le daba alguna herramienta a Buggy, su camisa sujetaba un botón menos. Ese gesto era casi como si le estuviera poniendo dinero en el cinturón para que mostrara más piel. Su pensamiento se deformó. 

—Deberías de hacerte el gil y sacarte de una buena vez la camisa— le soltó el peliazul. Era muy obvio el movimiento de ir desabrochándose "imperceptiblemente" cada botón. 

Shanks se sobresaltó y se cubrió con sus manos como una doncella puritana. —Dijiste que no podía andar con ropa ligera por la casa porque Uta podría llegar a odiarme. 

Entornó los ojos —O sea qué escuchas lo que dije acerca de la ropa pero no lo de afeitarte cada día. 

—No mezcles las cosas.

Custodia compartida.(Efecto mandela)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang