Custodia compartida.(Efecto mandela)

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La conversación con sus padres terminó bien para su sorpresa. Luego de unos días tuvieron una cena para celebrarlo como familia a la que invitaron a Dracule para darle la noticia también. El mayor se limitó a aplaudir sin saber qué decir al respecto precisamente: felicitarlos o darles el sentido pésame. No tenía idea. Solo se alegró nada más porque la más pequeña de los Silvers estaba muy pero muy contenta por la oficialización de sus padres. 

Lo hacían por ella, para asegurar su felicidad y pensando en su futuro. 

Buggy fue quien solicitó la hora para la boda, la cual estaba programada para poco antes de fin de año. Con los trajes comprados para los tres, terminó las preparaciones por su parte. —Tienes prohibido crecer más hasta que nos casemos— le advirtió el peliazul ayudándole a anudar la corbata a su cuello. Shanks estaba tan sonriente que le era difícil a Buggy sostener su mirada con él.  

Encontraba poco probable que aumentara de talla en un par de meses de todas formas. 

Una vez unieran sus registros familiares legalmente sería el padre de Uta. Aquello lo tenía en las nubes también pero no andaba con la cara de idiota por la vida. Casarse no era algo del otro mundo en su opinión. 

Shanks estaba leyendo el nuevo doujin que le comisionó a Barto, el cual estaba completamente terminado, justo en ese momento no necesitaba más para sentir su felicidad completa. Tenía su figurita, sus doujinshis y se casaba con el amor de toda su vida. En pocas palabras, era un hombre absolutamente feliz y completo. Con su enorme sonrisa se desparramó en la mesa del club. Todos atribuyeron su creciente estado de ánimo a las seguidillas de triunfos de su equipo de fútbol, o gracias el éxito en el evento del fin de semana pasado, el cual estuvo lleno a tope: Esa noche la banda del pelirrojo se presentó y a todo el mundo les gustó lo que ellos cantaron. Shanks había duplicado el repertorio de canciones traducidas del inglés al japonés, como también aquellas del español al japonés, por tanto mucha más gente iba a conocer esos grandes temas. 

Todos los chicos del club quedaron impresionados al verlo cantar sobre el escenario. El pelirrojo era mucho más cautivante y provocativo cuando estaba en su faceta de artista, que incluso de deportista o como vago hippie, su estado natural. Los elogios de Barto no estuvieron del todo exagerados, el chico fanboy tenía toda la razón, aquella banda era realmente buena. El grupo por completo llevaban su pasión muy alto y se destacaban notablemente sobre el escenario.

—Esa sonrisa de felicidad yo la conozco— soltó Hina viendo a Shanks —solo el BL puede volver una expresión tan esplendida. 

Tashigi dejó su lápiz a un lado —¿No crees que tenga que ver con la racha de victorias en los partidos de fútbol americano?

—No—. Contestó segura. Aquello debía ser por el contenido BL +18. 

La universidad se volcó al escándalo por tener tantas victorias seguidas con el desempeño de los nuevos en el equipo por lo que la popularidad de Shanks también se disparó, estaba en las nubes, sin embargo el pelirrojo actuaba como un baboso por alguna extraña razón y no parecía ser por su éxito deportivo. 

Helmeppo se encontraba con una sonrisa de bobo también, dado que este ocupaba la posición de runinback en el equipo y había logrado unas carreras esplendidas gracias a la guía de Shanks y sus jugadas. Se sentía en el cielo estar en el lado ganador, ¡Por fin! En toda su vida nunca contribuyó al equipo ganador, pero había entrado al grupo siendo animado por el mismo pelirrojo, por Barto quien lo siguió sin pensarlo: entrenó, trabajó en equipo, aprendió jugadas, se levantó primero que nadie para llegar a mejorar su estado físico y resultó que era alguien bastante rápido y escurridizo, por lo que con un poco más de entrenamiento pronto obtuvo una buena posición. En los últimos partidos lo habían derribado, embestido, alcanzado e incluso se había caído por error, pero habían ganado cada vez. Todo gracias al idiota que estaba muriendo de felicidad por un doujin +18 BL.