2

463 44 37
                                    


Luego del disturbio del desayuno, cuando Buggy soltó la bomba nadie más preguntó por el extraño humor de Shanks quien se dedicó a mirar furioso a su hermano, frunciendo el ceño por cualquier razón. 

—Por cierto ¿Cómo está Dracule?— Preguntó Buggy. Llevaba ya un par de meses sin saber de él. 

Por lo general él le preguntaba como estaba a la hora de cenar en casa pero ellos ya no vivían juntos en casa con sus padres. Además desconocía completamente su número de teléfono. 

Sus padres se miraron, cuando le enviaron un mensaje a su teléfono este les envió un gif de una lápida, por lo que supusieron que se encontraba bien. Aunque sí se preocuparon ya que la comunicación fluida no era una de sus facultades más desarrolladas. Su boletín de notas en la universidad llegaba directo a sus correos y le iba excelente como siempre. 

—Le va bien en el universidad— era lo único que sabían de él con certeza. 

Buggy se quedó con la duda igualmente, era un hecho que su hermano mayor le iba bien en la universidad. Era el maldito cerebrito de la familia, las mejores notas siempre las obtuvo él y sin el mayor esfuerzo y eso a Buggy lo volvía loco ¡Ese tipo de persona odiosa que todo lo que hace le sale bien a la primera, sin el mayor esfuerzo! ¡Eran una puta estafa! ¡Estafadores! Hacían que la pobre gente como él tuviera que trabajar para poder destacarse.  

Cambió de tema antes de volverse loco por eso. 

—Oye pelirrojo envíame el número de Dracule— Shanks lo miró con cara de chango enojado. —Deja de poner esa cara. 

Le hizo un desaire pensando que de alguna manera eso le iba a afectar a su hermano. 

Buggy suspiró y lo dejó pasar haciéndose el maduro. —Entonces a pesar de ser organizador, puedo participar en alguna competencia y así potenciar a mi curso— él continuó con lo que estaba conversando antes. Shanks lo miró desconsolado, no le prestó atención de ninguna manera.  

—Eso suena entretenido— lo alentó Shaky. 

—Por cierto estaba pensando en hacer sukiyaki para el almuerzo ¿Vamos a comprar?— Ray propuso una salida familiar. 

Los ojos de los dos muchachos brillaron con gran expectación. De esa manera iban a dejar de estar peleando por una estupidez, además los dos estaban pegando grandes estirones, en pleno crecimiento había que ayudarlos a alimentarse mejor. 

Los cuatro como una familia unida caminaron rumbo al mercado del barrio, el pequeño distrito donde estaban los locales en la avenida. 

—¿Qué están comiendo?— Shaky les preguntó sonriendo. Ella siempre estaba a la par con Rayleigh. 

—Comida casera— Contestó Buggy. Él preparaba todos los días su propio almuerzo, consciente de abaratar los costos. Era un molestia cocinar todos los días pero tenía sus beneficios. 

—Compro algo en la cafetería— Shanks bostezó ruidosamente. Tenía mucho sueño.  

Por esa razón Shanks nunca tenía dinero. 

Shakuyaku se largó a reír, cada uno tenía su propio encanto, esperaba algo así de los dos. —Pero supongo que los dos cenan juntos— los dos asintieron como niños obedientes. 

—¡Aunque es un fastidio!— Protestó de inmediato Buggy. Tenía que cocinar casi todo solo y estar esperando que el despistado de Shanks dejase de estar tonteando con sus amigos. —Me siento como una señora de casa. 

Su madre soltó nuevamente una risotada haciéndole cariño esta vez, era adorable ¿Cómo no quererlo?

Shanks por un momento pensó que Buggy iba a quejarse y que comenzaría a acusarlo con sus padres, sobre todo por su mala conducta reciente, sus notas estaban bajando mucho y estaba juntándose demasiado con los muchachos. Ellos estaban siempre peleando por lo mismo. —Comencé una banda— dijo de pronto. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now