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Pensar en el optimismo de sus seres más amados le quitaba un poco el dolor que sentía en ese momento. Piensa en cosas bonitas Shanks

—¿Podemos volver a venir a la playa?— Preguntó Uta. Lo había pasado tan bien que quería repetirlo cuanto antes. 

—La próxima vez te llevaré a Hokkaido, mi princesa— Buggy lo meditó. —Y el próximo año podemos ir a Hawaii. 

—La perla que busqué con todos mis esfuerzos... — gimoteó por su gesto arruinado. No podía olvidar ese brillo de la perla dirigirse nuevamente a las olas.

—Ya tendrás la oportunidad de regalarme otra, no llores así. No es para tanto— le replicó Buggy quitándole la importancia a la situación y a sus sentimientos heridos. 

Se bebió una cerveza llorando por su esfuerzo perdiéndose con la dichosa perla. Cuando intentó buscarla en vez de encontrarla halló un mendigo caramelo redondo de menta. ¡Qué jodida suerte! 

Yasopp se largó reírse en su cara, pero más que nada por el increíble color de su piel. Silbó. Increíble ir un par de horas a la playa y quedar así. Le dio unas palmadas con la mano extendida sobre su piel, fuertes y certeras en la espalda, justo en el lado que debería doler más. —¿Qué le pasó señor Tenazas, no conoce el bloqueador? ¿O pretendías asarte a fuego lento y esperar que así Buggy intentara comerte? 

Lucky se largó a reír —Me gustan las langostas con mantequilla.

—¡Eso, eso! ¡Confundiste el bloqueador por mantequilla!— Se carcajeó a todo volumen. 

Shanks gruñó molesto. Claro que se echó, y Buggy también lo ayudó. ¡Maldición si vuelvo a recordar el cómo acarició mi espalda y luego el cuello volveré a excitarme!. Golpeó su cabeza con su propia mano para sacar esas ideas de su cochino cerebro. —Obvio que me puse, pero entré en el mar casi enseguida y no sirvió de nada. 

La banda asintió, eso sería algo que definitivamente él haría. Benn había ido a comprarle un gel de áloe para ayudarle con su doloroso aspecto de langosta al vapor. Shanks estaba tan adolorido que no quería moverse, sin embargo aquella noche la banda tocaba en ese local. Era un momento estupendo para llegar con ese aspecto rojizo. El mayor del grupo, frunció los labios sosteniendo su cigarrillo al llegar con la bolsa de la farmacia —Me sorprende que Buggy te haya dejado ir con ese aspecto.

—Ah... — no contestó. De hecho Buggy lo persiguió por todo el departamento tratando de agarrarlo para echarle un ungüento y así ayudarlo con su quemadura solar no obstante se le arrancó. No quería repetir su embarazosa situación de la playa. —No he visto a Buggy— ladeó el rostro. 

Benn le dio el frasco y le hizo un gesto para que fuese a aplicárselo. 

El pelirrojo se dejó el celular encima de la mesa, los chicos le echaron mano cuánto antes pero lo tenía con clave, todos allí maldijeron. El momento había sido preciso para gastarle una broma, se lamentaron. Igualmente le iban a tomar fotografías aprovechando lo divertido de su aspecto.

Pronto observaron llegar un chico de peinado crestado y cabello verde, él estaba buscando a su superior y de la nada les preguntó. —Hey, ¿Conocen a un sujeto alto de cabello rojo, bronceado con un aspecto genial?—. El desconocido emanaba un aire rudo y de maleante. 

Yasopp frunció el ceño. Y este mocoso... ¿De dónde conoce a Shanks? —Uhmm, ¿Chicos, conocen a un pelirrojo?— Todos negaron. Por lo general a Shanks lo buscaban para buscar pelear, por lo que siempre lo negaban. —No, no hemos visto a tu novia.

Bartolomeo se sonrojó y exhaló agitado —¡No, cómo creen! ¡Es un hombre casado, y no me atrevería! ¡Su esposo es muy genial!— Negó con vehemencia. —¡No puedo compararme!

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now