Custodia compartida.(Efecto mandela)

52

En cuanto llegó Buggy a casa esperaba poder cobrarle a Shanks todas las que le debía, no obstante vio que este estaba tieso en el sillón, completamente muerto y sin energías. Como supuso Buggy, Shanks corrió por todos lados sin detenerse o descansar a pensar antes de llegar allí. 

Sus padres se veían bien, seguramente conmocionados si es que Shanks les contó toda la historia. O eso esperaba al menos, que el idiota derramara un poco de sus preocupaciones en alguien por una vez. —Tengo qué ir a por ropa para Uta— Anunció el peliazul. Él podía hacer un esfuerzo y andar un día más con esa ropa o lavarla ahora que se iba a dormir como hizo el día anterior, pero la niña no. 

Shaky agitó su cabello —Tengo algunas jardineras que eran tuyas y unas playeras viejas de Shanks que le servirán de vestidos. Iré a buscar. 

—Gracias mamá— respondió cediéndole a Uta que estaba cansada a Ray, quien la recibió con cuidado. —Llevaré al vago a su cama. 

Ray iba a hacerlo él mismo pero luego de ver a Buggy cargarlo sin problemas se despreocupó, aunque no dejó de hacerlo del todo, ya que Shanks le había hecho ya tantas cosas a Buggy qué si este decidía dejarlo caer de cabeza por las escaleras, no tenía cara para regañarlo.

Buggy lo aterrizó en la cama de niño de Shanks. Le quitó la ropa y lo tapó antes de salir de allí escuchando los ronquidos del pelirrojo durmiendo plácidamente sin enterarse de nada. 

Cuando bajó vio a su madre midiendo la ropa mientras Ray sostenía a la niña que bostezaba somnolienta, peleando con sus párpados por no quedarse dormida aún. —Desde siempre pensé que les hizo falta una nena— les confesó. Por su parte nunca le molestó que su madre le pusiera vestidos o les hiciera lindos peinados. —Pero entre los tres habríamos vuelto loca a esa niña, seguramente. 

Shaky se rio mientras Ray le hacia una mueca. —Yo sigo pensando que ustedes son lo mejor. Además, cada uno me debe dar al menos un nieto. 

Buggy frunció el ceño, con que iba a seguir con lo mismo. —Creo que deberías de darte por vencida, mamá— tranquilizó su necesidad de gritar oponiéndose y hacer un escándalo, por lo que se distrajo con la cara de perturbación de su padre.

Cuando se acercó a ayudar a ver qué ropas podían usar, Ray le susurró —Tu madre jamás se da por vencida—. Le advirtió muy convencido de ello por su larga experiencia con Shaky. —Tengo que hablar contigo. Así que cuando terminen, ven a tomarte una copa con tu padre— dijo al darle a Uta que ahora estaba poniendo muecas evitando dormirse. 

Buggy asintió cuando Uta comenzó a balbucear media dormida. —Me gusta el abuelo. Tiene el cabello largo y es guapo, ¿Por qué el abuelo es tan guapo?—La niña se acunó en lo brazos de Buggy. 

Shaky se rio —Es de familia el buen gusto, tal parece. Lo más importante es la buena apariencia. No hay nada como sentirse refrescada después de ver un buen rostro. Incluso es mucho mejor que un buen trago después de trabajar.

Uta juntó sus manos —Papá también me dijo eso— bostezó. —Papá dice qué, primero va la belleza, luego está el talento pero lo mejor de todo es el dinero... — Se quedó dormida justo ahí. 

Una madre muy orgullosa se rio suavemente detrás de su hijo y le dio unas palmadas complacida, ella hizo bien educándolo y ahora su hijo también lo hacia con la pequeña. —Entonces le has estado enseñando todo lo que te enseñé. Eso me hace muy feliz—. Subieron a recostar a Uta y le pusieron una de las poleras de niño de Shanks de las que estaban en mejor estado para que usara de pijama. —Tu ropa está en mejor estado, pero usabas muchas camisas a esa edad.  

—Es verdad— buscó algo de la ropa que dejó la ultima vez que se quedó allí. Al menos eran prendas que usó cuando estaba en la universidad. 

Aprovechó de cambiarse también pero como supuso aquella ropa le quedaba algo estrecha. Su madre se largo a reír por como lucía. —Tranquilo, estás en casa. Nadie te dirá nada—. Sus palabras le ayudaron a dejarse puesta esa camiseta que gritaba por sujetarse de las costuras.