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Abrieron unas botellas con los destilados gasificados que les envió Dracule para festejar. Los dos sentados en la sala con Utah durmiendo en el futón de su habitación. Ambos chocaron las botellas de vidrio con una sonrisa plena en sus rostros, demás estaba decir que era una preocupación menos para ambos. 

Por su parte, Buggy usó toda la artillería en su haber para conseguir ese triunfo y no había nada que le supiese mejor que sentirse ganador. Una victoria que le aseguraba a Shanks un excelente salario. Emporio Ivankov pagaba muy bien a todos sus chicas y chicos, además los trataba muy bien, por lo que no iba a preocuparse por ese aspecto. 

—¡Oye, esto sabe muy bien! ¿Dónde lo conseguiste?— A Shanks le brillaron los ojos de lo buena que era esa bebida.  

—Es lo que está haciendo ahora Dracule— Le explicó Buggy, recibía de vez en cuando una caja con los productos nuevos que enviaba su hermano mayor. Eran buenos, les mandaba devuelta unas reseñas con sus apreciaciones luego que los probaba. —Está diversificando sus productos. 

A Shanks le brillaron los ojos —a mí nunca me envió nada— alargó la mano para servirse otro. 

Buggy golpeó la mesa antes que creara ideas equivocadas. —¡Quieto ahí, bestia! Estos son una degustación, no nos vamos a emborrachar. Dracule tampoco puede enviar siempre sus productos porque entonces no sería un negocio. 

—Está bien— dijo como un cachorro reprendido.  

—No puedes abusar de la buena voluntad de los demás— le rugió. Pero este no era un buen momento para dejarse llevar por una discusión innecesaria, estaban celebrando que Shanks consiguió un buen trabajo. 

El ambiente del NKL era bueno, tenía una gran clientela por lo que de seguro Shanks no se aburría y de paso conocía a otras personas, además Inazuma era quien lo administraba, por tanto la supervisión estaba garantizada. Entre más lo pensaba mejor resultaba en la imaginación de Buggy. Él no frecuentaba mucho el NKL por lo que no se toparía a Shanks en su trabajo y este a su vez no se cruzaría en el suyo, y mientras no lo tuviese a la vista las más viejas del bar podían echarle un ojo, los travestis podían resultar más asfixiantes que las madres helicóptero.   

—¿Tengo que ir vestido así siempre?— Preguntó el pelirrojo de pronto. Si de eso dependía su trabajo ya le estaba incomodando un poco. Era vital saber si tenía que andar antojando todos los días a los travestis.

—No, desde ahora ponte lo que quieras salvo esos pantalones estampados artesanales. Porque vas a infartar a los pobres travestis— le dio un sorbo a su bebida. 

—Está bien... — Shanks con desgano lo aceptó. Nada de sus pantalones favoritos para ir al trabajo. 

—Te van a dar los uniformes en el trabajo. Como dijo antes Bonbon, en el NKL a veces tienen días y fiestas temáticas, también firmaste una extensión de contrato para ir a cubrir turnos extras en el Kamabakka si es que te lo solicitan, pero no espero que tomes turnos extras. 

—¿Por qué no?— Le extrañó viniendo eso de Buggy. Lo vistió precisamente para generar toda atención abrumadora sobre su atractivo físico para que ese tal Ivankov lo contratara a toda costa. Y ahora no quería dinero extra.   

Buggy negó lentamente sentándose con las piernas abiertas y luego subiendo una sobre su rodilla. —Porque habría que cuadrar mis clases, mi trabajo a tiempo parcial y además el cuidado de Utah. Lo bueno del turno nocturno es que podrás descansar muy bien en casa mientras yo estoy en la universidad y la niña está en la guardería— enfatizó golpeando la mesa con el dedo índice. 

De hecho ya estaba adelantando aquello, el proceso para la admisión de Utah en la guardería de la universidad. 

Shanks puso los ojos en línea. Bueno, todos esos días habían funcionado muy bien, debido a que estaba escuchando atentamente todo lo que le decía Buggy. —¿Cuándo termines la universidad? ¿Por qué?

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now