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En el izakaya con Yasopp aprovechó de comer el desayuno ya que iba a comprar los anillos de pareja para Buggy y él, e intentar disimular que no tenía intenciones ocultas de por medio. 

—Oye, hablando en serio— el rubio se sentó a su lado con un tazón de carne, batatas y tofu frito. Una mezcla de los ingrediente que le quedaron después de la jornada de trabajo. —Lucky dice que una amiga está buscando novio. 

El pelirrojo estaba atorado entre el Sawa y la comida, abrió los ojos más interesado en lo que Yasopp podía ofrecerle de comer que en la propuesta de una nueva novia. 

—Ya estuve harto tiempo de novio con alguien que no me gustaba y no quiero volver a hacerlo— Shanks le dijo con sinceridad. 

Yasopp le dio una servilleta. Verlo comer de esa manera tan desesperada no sabía si le provocaba apetito o se lo quitaba. —¿Seguro?— Le dio un sorbo a su refresco con alcohol. El Sawa a esa hora era el mejor acompañamiento para una comida como aquella. 

Como su pana, Yasopp no quería ver más tiempo a su mejor amigo sufrir por amor, sabía que Buggy no le iba a hacer ningún daño físico o mental. ¡Ah, pero el emocional!, Nada aseguraba que algún día le correspondiera sus sentimientos. El día de mañana el guapo de cabello azul iba a estar de novio con alguien más y Shanks volvería a caer en una espiral de destrucción, la misma que lo atrapó cuando Buggy comenzó con la novia del Consejo de Estudiantes, allá en el tiempo del instituto. Él vio todo desde fuera como un mero espectador y eso que la novia de Buggy era una cosa adorable, de lo contrario, si hubiese resultado ser una tipa con un carácter de "perra maldita", habría hecho sentir su presencia con fuertes terremotos, una mujer así podría destruir a Shanks sin piedad. 

—Estoy bien. Iva me aconseja—. Él rubio meneó la cabeza. Shanks era demasiado optimista o un iluso sin remedio, aún trataba de averiguarlo. —¿Te quedó calamar?

Asintió en respuesta, y en seguida Yassop metió la mano por detrás de la barra, sacando lo que le quedaba de calamar encurtido y un poco de crudo de carne de caballo. Lo mejor que podía hacer era monitorear de cerca que el pelirrojo estuviese con los ánimos arriba. —¡Come lo que quieras, eres el capitán! 

Cuando estaba bebiendo tranquilo Shanks le dijo —Voy a comprarle un anillo. 

Yasopp escupió todo a un costado. Si se tratara de alguien más se habría reído sin una pizca de delicadeza, de veras que se abría reído a carcajada limpia, pero en Shanks eso no daba risa. —¿¡Qué!?

—Eso. Compraré anillos de pareja para que usemos los dos— afirmó con una sonrisa. 

—¿Cómo vas a hacerlo?, ¡Digo! Lo harás con alguna indirecta supongo, no llegaras y le soltarás "Amor, ¿Por qué no usamos un anillo? Ya que los dos somos una linda pareja de maricones". 

Shanks frunció el ceño ofuscado por las crudas palabras de su amigo. Ya le había matado todo lo bonito que quería expresar —Mi pequeña preguntó por qué no usábamos anillos si éramos pareja. Así que voy a usar esa táctica. 

El rubio asintió, ahora entendía todo — O sea, ¿Vas a usar a la pequeña? En ese caso yo creo que tienes que planear tener otra por ahí. La niña está creciendo, y los niños crecen un montón, no vas a seguir usando a Utah hasta cuando vaya a la universidad. 

—¡Qué pesado!, Para entonces ya deberíamos estar juntos— Shanks desvió la mirada para otro lado. —Eso espero. 

Yasopp le palmeó la espalda dándole ánimos. Bueno, si él quería perseguir la fantasía de voltearse al hermano, quién era él para desalentarlo de su gran y noble sueño. —Oye, ¿No has pensado que intentando voltear a tu hermano el volteado termines siendo tú?— Se largo a reír. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora