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El interrogatorio continuó cuando Buggy estaba alistándose para irse al Kamabakka. 

—¿Hoy te vas más temprano?— Le preguntó deprimido Shanks. 

—Iva llamó, me dijo que cubriera a Bon— terminó de arreglar su cabello antes de salir. —Así que me pagará doble turno.  

Shanks puso los ojos en linea, así que se trataba de eso. Dinero extra. 

—Este mes trataré de ir más al Kamabakka para comprar el teclado. De todas maneras hoy tengo menos clases en la universidad. 

El pelirrojo lo siguió hasta la puerta, Buggy levantó a Utah en sus brazos, esta le puso los mismos ojos de cachorro que le estaba haciendo ahora Shanks, la diferencia entre esos ojos y los otros es que los de la pequeña si le movían el corazón. —Tengo que ir a trabajar. Deséame buena suerte. 

—¡Rómpete una pata!— Le dijo ella con una sonrisa llena de pequeños dientecitos.

—¡Eso haré!— Se la entregó a Shanks en sus brazos. 

—Déjame acompañarte camino a la estación— le pidió el pelirrojo. Buggy movió la cabeza. 

—No— en ese instante usó su celular y el bolsillo de Shanks vibró. —Ahí te explico porqué. Cuidado con salir, no salgas mucho por un tiempo. Utah, quedas a cargo de la casa. 

La niña levantó la mano hasta su frente saludando a su Almirante. —Será un honor. 

Cuando la puerta se cerró y los dos pelirrojos se hallaron sin el peliazul se decayeron. —Deberíamos ver anillos para comprar en Internet ¿No?— Le dijo Shanks a Utah y como si fuese por arte de magia, la pequeña renovó su ánimo. 

 Leyó el mensaje en su celular. <Ayer por la madrugada me topé en la calle con tu ex. Estaba buscándote> Shanks frunció el ceño y apretó los dientes. 

No se lo había dicho antes, seguro no sabía como sacar el tema o solo no quería soltarlo delante de la niña. Durante el último tiempo Utah escuchaba todo y aprendía a gran velocidad. 

El celular sonó una vez más en su mano <Conversemos esto cuando llegue después del trabajo> Tenían tiempo ya que esa noche él no trabajaba. 

Utah arriba del sillón aplaudió para llamar su atención. 

—¿Desde cuándo estas enamorado de papá?— Volvió a arremeter con la pregunta. 

Su enojo se desvaneció casi al instante de solo pensar en aquella pregunta. A menudo él mismo se la hacía también. —Me ha gustado desde siempre. 

—¿Desde niños?— las mejillas de Utah se enrojecieron. Sus compañeras en clases estaban hablando de las historias de romance de sus padres pero ella nunca veía a sus papás besarse. Salvo cuando su mamá estaba algo borracha y se volvía el monstruo besucón de los tentáculos. 

—Oh, sí. Buggy siempre me gustó— Shanks tocó su pecho. Al menos con su hija no tenía que ocultarlo. Le costó mucho darse cuenta pero al menos siempre fue constante. Desde el principio le gustó Buggy. 

—Entonces, ¿Siempre estuvieron juntos?— la pequeña niña juntó sus manos pidiendo que así fuera. 

Shanks se rascó la mejilla, ¿Cómo es que Buggy lidiaba con todo ese tipo de preguntas a diario? —Bueno, hubo un tiempo que me fui a vivir a otro lugar.

—¿Qué?, ¡Eres un infiel!


Para entonces Buggy ya había llegado al Kamabakka, extrañaba a su dupla. Su compañero de puesta en escena estaba en el ejercito. Bufó molestó ¿Qué le dio de repente? ¿El ejercito? ¿Estaban pagando o algo así para que la gente se inscribiera? Al menos podía seguir haciendo el Show por sí solo. Ideas no le faltaban pero él sentía que de esa forma no era lo mismo. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now