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Bon estaba ojeando unas revistas en lo que Buggy terminaba el informe del trabajo de la carrera para entregar lo más pronto posible. 

—Oye, Bubu ¿A la pequeña Utah le gustó el vestido que le regalé? 

Súbitamente su rostro se iluminó para hablar de su princesa. —¡Claro que le gustó!— Buggy terminó de guardar estirándose y devolviéndole el portátil a Bon. Lo bueno de trabajar con Bentham es que no tenía que perseguirlo para hacer las tareas. Se acomodó en la silla para seguir conversando —Le encantó y combinan muy bien con los audífonos que le compró el idiota.  

El peliazul miró la hora, la pequeña tenía que salir muy pronto de la guardería, por lo que pensó que tal vez aprovecharía de ir a buscarla antes y la llevarla por un helado.

—¿Cómo te va en la búsqueda de trabajo?, ¿Has encontrado alguno? — Bentham le preguntó algo preocupado. Él ya tenía un trabajo asegurado pero su amigo no. 

—No, pero ya encontraré algo. No te preocupes, de momento tengo como batirme con los ahorros y lo que saco del Kamabakka.

De esa forma había podido llevar una vida relajada mientras ayudaba a Shanks con la crianza de Utah. 

—Si quieres ayuda tienes que decírmelo — El pelinegro ya le había hablado a Crocodile que Buggy era un excelente ingeniero de marketing y que perfectamente lo podía dejar en el departamento de finanzas, donde el dichoso empresario tenía ganas de cortar la cabeza de su gerente de esa área. —Puedo hablar con... 

—No, gracias— Buggy fue firme. Ni hablar de trabajar para Crocodile, si hacía eso acabaría con su esperanza de vida considerablemente y él pretendía tener una vida muy larga. —Ya me las arreglaré, de todas formas gracias, Bonbon. 

Se puso de pie en un solo salto —Voy por mi princesa.   

Bentham se quedó mirando como se alejaba bailando con las manos en los bolsillos y su mochila en la espalda. No entendía cual era esa reticencia de irse a trabajar con él a lo de Crocodile, o por qué se empeñaba en pensar que le caía mal a su hermano putativo. Bentham bien sabía que no era así, ya que en palabras de su mismo hermano, Buggy le parecía Crocodile un "payaso divertido". 

El cabello azul tan distintivo de Buggy se veía desde muy lejos. Las profesoras de la guarderías lo vieron y escucharon llegar desde antes que pasara por la puerta. 

—¡Utah, querida! ¡Tu papá ya está aquí!— Dijo una de las asistentes. 

La niña dejó todo lo que hacía inmediatamente y corrió en busca de su mochila con alas blancas, guardó sus cosas a toda prisa y tomó la mano de la mujer para ser entregada a su padre. 

Buggy iba a golpear la puerta cuando esta se abrió. 

—¡Buenas tardes papá!— Dijo la profesora muy animada. Era admirable ver a un joven preocuparse tanto por su hija, lo malo era que si sacaban cuentas de cuando este fue padre, eso era lo único que no resultaba tan notable. —Hoy llegó temprano. 

—Buenas tardes, hoy terminé un poco antes— le sonrió a la profesora pero se agachó de inmediato para abrazar a su pequeña. Utah no tardó en abrazarlo. —¿Cómo estuvo tu día princesa?

—¡Papá! A todos les gustó el vestido que me dio mi madrina pero nadie dijo nada sobre los audífonos que me compró mami, ¿Por qué?

La tomó en sus brazos y la sostuvo mientras miraba que no le faltara ni una sola de sus cosas—No lo sé princesa, tal vez no les guste tanto la música como a ti—. Cuando todo estuvo en orden le susurró —despídete de las profesoras. —Nos vemos mañana. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now