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La niña estaba muy emocionada. Iría a conocer a los tíos exiliados y eso levantaba su humor.

Quien no se encontraba muy contento era Buggy, pero ni modo. Él iría con sus padres, así no iba a verse con esa gente. Su padre Ray le pidió ayuda con unos balances para la editorial, y como buen hijo que es, accedió encantado, o eso fingió haciendo muecas hasta que bajaron de la estación. Por otro lado Shanks llegaría después, tenía pendientes de los que no le habló a nadie, sin embargo el peliazul ya arreglaría cuentas con él. 

Buggy llamó por teléfono a Banchina cuando llegó hasta su casa. La amable mujer salió de inmediato con una sonrisa cordial, detrás de ella corrió Usopp e invitó de inmediato a su amiga princesa. 

Él esperaba ansioso su llegada. —¡Uta! ¡Ven vamos!— La llamó hasta que vio la mirada fija de Buggy en él. —Hola, tío Buggy. 

Solo entonces Buggy bajó a Uta —Me llamas. Voy a estar donde los abuelos—. Uta asintió y este le dio un beso en la frente. Se puso de pie y miró a Banchina que estaba abriendo la puerta para él también. —¿Cómo se encuentra?

 —Muy bien, gracias ¿Quiere una taza de té?—. Realmente no quería, solo para no ver a Yaso. Sin embargo la señora Banchina siempre le invitaba a pasar y terminaba negándose todas las veces.

—Una de café, por favor— dijo cediendo ante su obstinación. 

El interior de la casa era demasiado hogareño para su gusto y también muy acogedor. La señora Banchina le habló de la buena amistad que tenía hasta ahora con la señora Bellemere desde que Buggy las presentó. Con las cuales él también mantenía una buena amistad mediante mensajes y redes sociales. De esa manera estaba al corriente de las actividades del colegio. La conversación varió un poco mientras se tomaban el café y en ese momento apareció Yasopp, la risa de los dos niños lo despertaron. 

—¡Amor, qué hay de comer!— Preguntó bostezando y rascándose la espalda cuando vio a Buggy sentado en la mesa del té con su esposa. Se crispó impresionado, el hermano de su mejor amigo jamás pondría un pie en su casa.  

—Tenemos una visita, Yasopp— dijo su esposa con una sonrisa. 

—Sí, hola Buggy— aquello se sentía raro para él. 

Buggy evitó hacerle una mueca por cortesía a Banchina —Creí que fuiste a ver el partido de Shanks— de hecho él se enteró cuando el pelirrojo estaba en medio del partido, en el momento que llamó a Barto por pura casualidad. Porque limpiando encontró un guion y pensó que se le había quedado y efectivamente de eso se trataba. Al llamar éste le comunicó que estaban en el medio tiempo del partido. 

El de las rastas abrió tanto los ojos como la boca desconcertado —¿Qué partido?

—Veo que tampoco te lo dijo a ti—. Iba a golpearlo en cuanto lo viera —¿Te contó que está en el club de fútbol americano, cierto?

Nuevamente se quedó en blanco dejándose caer en el asiento más cercano —¡Ese borracho pelirrojo!—. De alguna manera en vez de hablar de él siempre terminaban hablando de Buggy, por lo que no sabía realmente qué hacía en su tiempo libre. Pensó detenidamente — Mencionó que estaba en un club con gente entretenida y nos enseñó a un amigo delincuente con cara de jabalí que roba celulares. 

Buggy asintió. Al menos les había contado algo a sus amigos. —Es un club de ñoños. La "gente entretenida" son un montón de otakus y venden porno en convenciones—. Banchina escupió su café en su taza al escucharlo. —De hecho, sí es muy entretenido. 

Se largó a reír Yasopp espantando todo rastro de sueño de golpe —Con que nuevamente hay que ir a animarlo en sus partidos. ¿Al menos está en una buena posición? ¿Sigue siendo un Fullback?

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now