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El resto de días Buggy lo pasó en casa. Debido a la licencia médica que le extendió Marco en el Kamabakka no lo dejaron presentarse, dijeron que no podía tocar la guitarra así aunque Buggy les aseguró que con un par de guantes blancos no se notarían los puntos de la herida y como era una persona ambidiestra podría tocar con la mano izquierda las cuerdas de la guitarra sin el mayor problema. Pero el NO fue rotundo pese a sus argumentos. 

Shanks por su parte se disculpaba en cada momento que lo veía o al notar su mano vendada. Se sintió como todo un bastardo al enterarse que había sido real que se cortó un dedo y no fue solo una más de sus bromas de mal gusto.

—¡Basta, ya me está resultando molesto!— estampó un cuchillo en la tabla de madera haciendo que los rojizos castaños de Shanks se salieran de sus cuencas. 

—¡Ah!— Gritó espantado y fue a ver qué Buggy no se hubiera cercenado otro dedo siendo imprudente.

Buggy lo señaló con el cuchillo emanando un aura asesina antes que se le acercara más. —¡Tú, te quiero lo más lejos de mí!

El pelirrojo extendió sus manos tratando de razonar con él nuevamente. No entendía del todo ese cambio radical a su persona. Después de todo lo perdonó por lo de la frotada de su trasero en la casa de sus padres ¿Verdad? Le parecía que sí, además Buggy insistía que no estaba molesto por no auxiliarlo por el dedo cortado, literal le dijo llegando a casa cuando imploró su perdón: "...No importa. De todos modos sé que no puedo confiar en ti..." —Vamos, Buggy. Si me dices cual es el problema puedo solucionarlo. Por ti haré lo que sea. 

—Vas a llegar tarde a tus clases, vete— le contestó frunciendo el ceño y evitando su mirada. 

Shanks intentó abrazarlo hasta que Buggy le puso el cuchillo en el cuello con una mirada siniestra y llena de locura. —Ya voy... 

—Sí, vete. 

—¿Y mi beso de "hasta pronto"?— Preguntó hasta que vio como Buggy si le iba a enterrar el cuchillo en verdad, ya no lo estaba advirtiendo. —¡Hasta más tarde!

—¡Vete!— Bramó espantándolo. 

Llegó a la universidad sintiéndose desvalido más sus clases pasaron sin pena ni gloria. El pelirrojo se arrastró hasta la sala del club, sus compañeros ya se encontraban discutiendo sobre el nuevo material porque la producción en aquel lugar jamás se detenía. Aunque estaban a las puertas de una presentación en la Comiket, ya se debatían por el siguiente tema. Hina le agitó un par de Story boards en la cara. 

—¡Editor, es bueno verte! Espero tengas mucho animo para trabajar hoy— Le dijo con sus lentes oscuros brillantes y fumando como siempre. 

Shank recogió el trabajo por inercia y se dejó caer en la silla más cercana. Abatido comenzó a leer. 

Tashigi le susurró a Hina —¿No deberías haber preguntado cómo se encontraba primero? Siquiera lo saludaste—. Se sintió mal, seguro pasaba por algún problema personal.

 La Closetera tiene razón. Tengo que tratar bien a mis esclavos. —¿Problemas de amor otra vez?— Preguntó Hina. Ella compartía la misma mala fortuna en el amor que Shanks, lo olía, lo presentía. El pelirrojo asintió sin entrar en detalles. Hina empuñó el puño de la ira —¡El amor es una constante conquista! ¡No te dejes abatir o todo estará perdido! ¡El mejor método es atacar! ¡Atacar! ¡Y seguir atacando!

Satisfecha con su discurso tomó el último ejemplar de doujinshi que se hizo en el club para así releerlo. Si Smoker no iba a colar a sus coqueteos pues ni modo, iba a leer BL en vez de deprimirse.

Helmeppo entró a la sala, el profesor le dejó hasta el final para llamar su atención por la mediocridad de uno de sus trabajos. Dejó salir un quejido antes de sentarse junto al pelirrojo. —Oye, cambia la cara. Algunos tenemos problemas más serios y no ponemos tu mueca de carnívoro enojado. Ya dijiste que Buggy es un desquiciado y frenético de los cuchillos. Se cortó bajo su propio riesgo. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora