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Buggy despertó justo en el momento más terrorífico de su vida. 

—¡Y si lo besas para que despierte como las princesas!— Escuchó con demasiada claridad las palabras de animo de su hija. Palabras de incentivo para el idiota. 

Sus ojos vieron en cámara lenta como esos labios pan con miel se acercaban en su dirección peligrosamente. Corrió su rostro con una cara de absoluto asco antes de que cualquier cosa sucediera y usó las manos para quitárselo de encima, sin embargo el pelirrojo ya se encontraba agazapado sobre él. 

—¡No!— Alcanzó a decir antes que este le besuqueara en la mejilla —¡Ah!— Gritó a todo pulmón y se lo sacó de encima de un puñetazo agarrándolo de las mechas con la otra mano para así salir del nudo de sábanas que tenía en los pies. 

Miró extrañado ese "incidente" ¿Por qué tenía amarrada las sabanas a los pies?. Su mirada despiadada fue a parar directo al pelirrojo que se sobaba las zonas adoloridas mientras la hermosa risa de la niña hacía música en la habitación.  

Shanks desvió la mirada nervioso esperando que Buggy no oliera su miedo. —Solo era un besito de buenos días.

—¡Eres asqueroso!— Dijo finalmente mirándolo con un sentimiento de asco mezclado con decepción. Para esas estupideces el pelirrojo se despertaba antes que él, ¡Qué atroz! —Vamos Utah, tenemos que bañarnos. 

La niña se le acercó y lo garró de la tela del pantalón de su pijama a rayas. —Sí ¡Papá quiero llegar a tener el pelo tan largo como tú!— le dijo muy entusiasmada.  

—¿Ah, sí? Tienes que cuidarlo mucho para que crezca así. 

Ella empuñó ambas manos decidida. 

Shanks se les acercó como una sombra y al instante se activó el sentido arácnido de Buggy, especulando que de seguro el infeliz iba a intentar meterse en la ducha con ellos. —Déjate de bobadas y prepara el desayuno ya que estás despierto. 

El pelirrojo comenzó a gimotear en silencio, él quería ir con ellos. 

Buggy preparaba una pequeña tinaja que era de Utah con el agua a temperatura perfecta para que la niña usara, mientras la pequeña se ponía su gorrito de baño que serviría para evitar que no le cayera champú en los ojos. 

—¡Quiero un baño con muchas burbujas!— Ella se animó. 

—Sí, sí. Con muchas burbujas, pero no derrames nada en el suelo que Shanks tiene que limpiar después. 

—¡Sí!— Buggy la dejó dentro de la tinaja y le dio su esponja, ella tenía sus propios productos de baño. Champú para niños, esponja, baño de burbujas y jabón con olor a chicle que era su favorito entre todos. Utah cada vez más aprendía de la vanidad de Buggy e imitaba sus costumbres y rutina. 

Le parecía más entretenido y a veces compartían los baños con bombas de sal efervescentes, le encantaba cuando la dejaba a arrojarlas al agua y comenzaba a burbujear, el agua se teñía con espuma de colores y un olor relajante. Después de todo, para los niños la hora del baño no era más que un juego. 

—Papá ¿Para que son todas esas botellas? 

—Son para que el pelo se me vea bien— Ella miró de reojo ladeando la cabeza mientras Buggy le lavaba el cabello. 

—¿Por eso lo tienes tan largo?

Este asintió —mi mamá me enseñó a cuidarlo para que pudiera dejarlo crecer. 

—¿Abuela Shaky?— En la imaginación de la niña los abuelos eran como personajes de sus dibujos animados favoritos, era un a forma creativa de darles una apariencia en su cabeza ya que no los conocía en persona. 

Custodia compartida.(Efecto mandela)Where stories live. Discover now