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*narra Gavi*

— Cálmate -me dijo al verme levantado- me pidió perdón por lo que había echo y le perdoné
— ¿En serio lo vas a perdonar? -dijo mi novia y ella asintió- Maria eres libre de hacer lo que quieras pero creo que te estás equivocando
— Crees no se está equivocando -agrego Pedri-
— Pero es que me gusta -dijo- anoche fuimos a cenar y se portó muy bien conmigo
— ¿Y eso que tiene que ver? Ese no se porta bien con nadie -dije-
— Pues voy a hacer lo que quiera así que dejadme en paz -dijo enfadada y se sentó en su sitio-

Os juro que no la entendía, algo tenia que haber oculto en toda esta historia, no era tonta así que era imposible que hubiese vuelto con él simplemente porque si

— No entiendo porque ha echo eso, si él le ha puesto los cuernos -dijo Lucia- es tonta
— A lo mejor se quieren de verdad -dijo Pedri- yo creo en las segundas oportunidades
— Pues yo no si me ponen los cuernos o le gusta otra chica es porque no me quiere, yo nunca perdonaría una infidelidad -dijo Lucia y trague saliva-
— Algo le habrá dicho que la ha echo cambiar de idea -dije yo-
— No se lo que si se es que como se comporte como una imbecil es para matarla -dijo Lucia- no la entiendo de verdad
— Tranquila mi amor se le pasara -dije abrazándola- es lista y se va a dar cuenta de como es Marcos en realidad
— Eso espero no quiero perderla -dijo Lucia-

Ver a mi novia sufrir por la situación hacia que me entrarán más ganas de partirle la boca a ese subnormal. No quería verla sufrir por una equivocación de su amiga, así que estaba deseando hablar con ella y pregúntale que cojones le pasaba.

Nos acababan de poner un examen de Matemáticas y otro de Química para la semana que viene, Pedri y yo teníamos que entrenar así que María tendría que ir al estadio a ayudarnos, aprovecharía para hablar con ella. Terminamos la clase y Pedri y yo nos acercamos a María para ver a qué hora iba a venir a ayudarnos

— ¿A que hora quedamos? -le preguntó Pedri-
— ¿Quedar para que? -se hizo la tonta-
— Para que nos ayudes con los examenes terminamos los entrenamientos a las 7 así que a esa hora nos viene bien -dije-
— Ah si sobre eso -dijo- no voy a poder ayudaros más fuera de clase
— ¿Por que no? -le preguntó Pedri-
— Porque si la gente me ve entrando en vuestro estadio teniendo un novio del madrid van a hablar mal -estaba escuchando a Marcos en vez de a María-
— Te lo ha dicho el ¿no? -dije-
— Tampoco hay que ser muy listo para entenderlo -me dijo-
— Tampoco hace falta ser muy listo para entender lo que está pasando -le respondí- te ha comido el coco de una manera impresionante
— María por favor necesitamos tu ayuda, no podemos hacerlo sin ti -los ojos de María se volvieron tristes, algo le pasaba y nos lo estaba ocultando-
— Vale está bien, pero por favor que nadie me vea entrar ahí y estar con ustedes
— Tranquila no lo harán -dije-

Antes de que terminaran las clases Pedri y yo nos fuimos al entrenamiento, me lleve todo el tiempo pensando en que habría echo Marcos para que María volviese con el.

Había mucha tensión en el campo ya que mañana sería el partido contra el Chelsea, sabíamos que era muy difícil ganar pero seguro que lo conseguiríamos.

Terminamos de entrenar y tras darnos una ducha y cambiarnos, Pedri y yo fuimos a la biblioteca del estadio para practicar para los exámenes. María estaba hablando por teléfono y parecía que estaba discutiendo con alguien. Frene a Pedri con el brazo para que así pudiésemos escuchar su conversación

— No me ha visto nadie entrar ni nadie me va a ver salir -dijo supuse que era con Marcos con el que estaba hablando- me dijiste que podía estar con ellos como si nada mientras que nadie me viese
— ¿Está hablando con Marcos? -me pregunto Pedri en un susurro y yo asentí-
— No fue lo único que te pedí que él no se enterara -siguió- está bien luego nos vemos adiós -colgó y aparecimos- hola -dijo con una sonrisa falsa- ¿empezamos?

La casualidad Where stories live. Discover now