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*narra Gavi*

Nos subimos en mi coche y nos dirigimos al destino, María me había dicho que a Lucia no le gustaban las alturas así que tenia pensado vendarle los ojos.

Llegamos al destino y Lucia me miro confundida, no sabía dónde estábamos ya que estábamos en medio de un terreno.

— ¿Donde estamos?
— Necesito que te fíes de mi -dije sacando un antifaz-
— ¿Para que es eso? -me pregunto-
— Póntelo -le dije-
— Está bien -dijo ella poniéndoselo- pero como me caiga o me pase algo te vas a enterar
— Vale vale

Fuimos andando hasta el sitio donde estaba el globo, había echo un curso rápido esa mañana de como funcionaba el globo y sabía conducirlo.

Subí a Lucia en el globo y empezamos a volar, cuando ya estábamos en el aire y Lucia estaba un poco cabreada ya por el movimiento decidí que era hora de quitarle el antifaz

— ¿Preparada?
— Si venga ya -me dijo-
— Sorpresa -dije quitándosela y rápidamente ella se agarró a mi, María tenía razón-
— Gavi me dan mucho miedo las alturas -dijo ella- ¿y si esto explota?
— No va a hacerlo
— ¿Y quien lo está conduciendo?
— Me saque un curso esta mañana -dije con ella agarrada a mi brazo- tranquila no pasa nada relájate y disfruta
— Estas loco -me dijo y sonreí-

Dimos una vuelta por Barcelona y pudimos ver el atardecer desde arriba, Lucia parecía estar más calmada y ya no tenia tanto miedo. Cuando vimos la puesta de sol decidimos que era hora de aterrizar debido a que era peligroso.

Una vez que estábamos abajo la mire, creo que la había sorprendido para bien y que la experiencia le había gustado.

— Lucia lo que paso entre María y yo solo fue por la mentira -le dije- yo nunca la besaría delante tuya si no fuese por eso
— Está bien -dijo- me ha gustado mucho tu sorpresa -me dio un beso y sonreí- te quiero
— Yo también -sonrei y volvió a besarme-

Se hizo de noche así que decidimos volver a casa. Cuando llegamos el coche de María no estaba así que ella tampoco estaría. Pedri nos miro sonriendo, se alegraba de que hubiésemos solucionado las cosas.

— ¿Y María? -le pregunté-
— Se ha ido un par de días a Madrid con su familia
— ¿A Madrid con su familia? -le preguntó Lucia-
— S...si ¿por que?
— Porque me parece raro que haya sido así de imprevisto, María prepara las maletas una semana antes
— No se vino con una caja en la mano que se la habían dado sus padres -la caja de Marcos- y me dijo que iban a ir a Madrid el finde semana -decidí no decir ni hacer nada y esperar a que María llamase- tengo que ir a llevar a mis padres al aeropuerto ya se van
— ¿Ya se van? -dijo Lucia y Pedri asintió- pues voy a ir a despedirme de Fer -añadió antes de subir a despedirse de él y Pedri ni siquiera me miro, tal y como había estado haciendo desde que besé a su novia-
— Oye tío -le dije- ¿podemos hablar? -añadi y su familia nos interrumpio-

Me despedí de su familia ya que me consideraban parte de ella y la verdad es que yo también. Lucía decidió ir con ellos para despedirse de Fer y yo me quede en casa pensando en la conversación que tendría con Pedri cuando esté volviese.

Había besado a su novia y aunque hubiese sido por una mentira es verdad que en ese momento tuve ganas de hacerlo y aproveché la oportunidad.

Espere a que llegasen y mientras tanto mire el móvil, quería llamar a María para preguntarle porqué se había ido. Decidí no hacerlo y creer en lo que le había dicho a Pedri.

Al rato Pedri y Lucia llegaron y ambos se sentaron en el sofá, vimos una película en silencio, Lucia se quedó dormida y la cogí para llevarla a nuestra habitación y volví a bajar.

La casualidad Where stories live. Discover now