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*narra Lucia*

Estaba un poco aburrida así que decidí coger mi moto e ir a dar una vuelta por la playa sola, últimamente me gustaba mucho tener ratos sola con mis cascos y mi música. Fui a dar un paseo por la playa ya que por la mañana estaba muy tranquila y no había mucha gente por allí solamente muchas personas paseando a sus perros.

Cuando me canse de andar decidí que era hora de volver a casa para luego más tarde ir a casa de María para hablar con ella.

Llegue a casa y vi el coche de María allí, me pareció muy extraño ya que últimamente no se pasaba por casa para nada y la verdad es que es totalmente entendible, yo si Gavi me pusiese los cuernos tampoco querría verle.

Entre en casa y me dirigí a la habitación encontrándome con que Gavi y María hablaban más cerca de lo que me gustaría que estuviesen, no quise interrumpir y me escondí detrás de la puerta, aunque viendo todo lo que pasaba, para que no se diesen cuenta de que estaba allí.

— ¿Sabes que lo que te dije en la fiesta cuando estaba borracho era cierto no? -le dijo-
— ¿Que me dijiste no me acuerdo? -dijo ella haciéndose la tonta-
— Que siento cosas por ti -dijo acorralándola entre su escritorio y el-
— ¿Y Lucia? -le pregunto-
— Ella no eres tu -dijo haciendo que me sintiese como si un cubo de agua fría se me hubiese caído encima- ¿no te das cuenta de la forma en la que nos miramos?
— Claro que me doy cuenta pero estás con Lucia y yo tengo demasiadas cosas en la cabeza ahora mismo -dijo-
— Tienes que dejar de ser tan egoísta contigo misma y aceptar tus sentimientos -¿era tonto? ¿Había estado jugando conmigo todo este tiempo?- Te quiero -dijo siendo sincero-
— Gavi yo -la freno-
— Te quiero me gustas mucho, me gustas desde ese maldito momento en el que nos abriste la puerta el primer día de clase a Pedri y a mi, desde el momento en que fuiste la única chica de la clase que se resistió a mis encantos y desde ese maldito momento en el que probé tus labios por primera vez. María estoy perdidamente enamorado de ti -dijo mirándola a los ojos, creo que nada me había dolido más en mi vida como lo que estaba escuchando- dime que me quieres y dejaré a Lucia y por fin tú y yo estaremos juntos
— Yo también te quiero -dijo María y a ambos se les iluminaron las caras fundiéndose en un precioso beso de película que juro que vi a cámara lenta, a mi nunca me había besado así-
— Estoy locamente enamorado de ti -dijo Gavi cuando se separaron y ella le sonrió- me vuelve loco que me mires así
— Y a mi me vuelves loca tu -dijo María y se volvieron a besar-

Me desperté con la respiración entrecortada, aquello que acababa de vivir había sido todo un sueño y empecé a llorar, no se porque pero el miedo de que eso que acababa de soñar se hiciese real me hizo ponerme muy triste.

— Amor ¿por que lloras? -dijo Gavi abrazándome y no me preguntéis porque pero no tenia ganas de un abrazo suyo-
— He tenido una pesadilla -dije separándome un poco de él-
— Pues cuéntamela si cuentas tus pesadillas no se harán realidad -dijo intentando acercarse a mi-
— No me apetece ahora en serio -dije y vi como cogió su móvil-
— Me ha escrito María diciéndome que va a venir a la fiesta de esta noche -mariposas en la barriga se me formaron en el estómago al escuchar que María y Gavi habían estado hablando-
— ¿Ah si? Que bien -dije seca-
— Le he mentido diciéndole que vamos a estar aquí desde después de comer para que venga antes -me dijo-
— ¿Para que? -le pregunté seca-
— Para verla y que estemos con ella ya hace tiempo que no estamos todos juntos además Tania se iba temprano
— Es verdad -dije seca e hice el amago de levantarme pero me separo-
— ¿Ya te vas a ir de la cama? -dijo con tono triste- quedate acurrucada conmigo un poco más
— Tengo cosas que hacer
— ¿El que? -me pregunto-
— Pues he quedado con unas amigas para ir a comprarme un vestido para esta noche
— Ah que bien -dijo- pues entonces tendré que quedarme solito toda la mañana
— Lo siento -dije y me fui de allí-

La casualidad Where stories live. Discover now