La casualidad

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*narra Lucia*

El ramo era muy bonito y muy grande, cogí la carta y la miré viendo que no había ningún otro nombre que no fuese el mío. Abrí la carta y saqué el papel y lo leí

"Te prometo que aunque las cosas se pongan difíciles, yo estaré ahí contigo dándote todo mi apoyo, porque cuando te veo feliz, yo lo soy el doble. Te quiero"

Tampoco venía firmada, o el escritor o escritora de estas bonitas palabras no quería que me enterase de quien era o era tan olvidadizo que había olvidado firmarla.

Hoy los chicos tenían la tarde libre porque descansaban así que querían estar todo el día en la piscina. Sira, Aurora y yo bajamos para esperarlos, no sabía dónde se había metido María, en el fondo me daba pena no poder estar viviendo esta experiencia con ella.

— ¿Sabéis algo de María? -les pregunté mientras estábamos tumbadas tomando el sol-
— No -dijo Sira- y es raro
— Si que lo es -dijo Aurora- pero creo que es que esta deprimida porque quiere que la perdones
— La otra noche estuvo durmiendo toda la noche en la puerta
— ¿En serio? -dijo Sira y asenti- si una amiga hace eso por mi la perdonaría sin duda
— Me ha echo mucho daño ella y Gavi
— A ver en realidad se liaron cuando os disteis un tiempo -dijo Sira- no erais pareja
— Ya pero de todas las personas que hay en el mundo tuvo que hacerlo con mi mejor amiga -suspire-
— No lo hizo por joderte, si mi hermano tiene algo es que hace las cosas con sentimiento

Tener esta conversación con las chicas me hizo darme cuenta de que a lo mejor estaba siendo demasiado dura con ellos. Era cierto prácticamente Gavi no me había puesto los cuernos porque sino nos lo hubiésemos puesto mutuamente. Me lo deberían de haber contado es cierto pero debía de dejar que se explicasen

Los chicos llegaron y Pedri se quedó con Gavi en un rincón apartado, quería saber si él era el que me había dejado esa carta con la nota así que decidí acercarme, la última vez que escuché una conversación me salió mal.

— ¿Como le explicó que me encanta su sonrisa? Que me encanta cuando me mira a los ojos, sentir su calor cuando me abraza y cuando me hace reír -Gavi suspiro y yo sonreí- me encanta estar con ella
— Pues díselo así -dijo Pedri- escríbele una carta, mándale flores
— No se yo no me convence eso de las flores -eso significaba que él no había sido, entonces quien fue, me aleje para no seguir escuchando la conversación-

Cuando llegue María estaba allí con las chicas y Ferran, se veía cansada pero aún así estaba fingiendo la mejor de sus sonrisas. Su novio la abrazo por detrás y le dio un beso, Gavi también aparecio y me quede observando cómo actuaban él y María pero sin embargo no se miraron ni intercambiaron palabra.

En parte eso me ponía contenta, no había ningún tipo de acercamiento y estaban respetándome pero por otro lado tampoco quería que estuviesen como dos desconocidos.

Pedri, Gavi y Ferran fueron a ponerse el bañador para estar con nosotras y yo me incorpore al grupo de las chicas.

— ¿Donde estabas? -me pregunto Sira-
— Había ido al baño -sonrei-
— Ya han vuelto los chicos -dijo Aurora- se cambian y bajan
— Ah que bien -dije-

Al rato los chicos aparecieron y nos saludaron, se tiraron a la piscina de cabeza y salieron mojándonos, quería hablar con Pedri para ver si él sabía algo de las flores.

Se había tirado encima de su novia y estaba mojándola por completo provocando que esta se riese.

— Pedri por favor -dijo riéndose- que me vas a aplastar -su novio se sacudió su pelo encima de ella y se apartó-
— Bueno está bien -le di un beso- pero me debes un bañito en la piscina
— Pedri ¿puedes venir un segundo? -dije-
— Claro -dijo y ambos nos fuimos a un sitio más apartado- ¿de que querías hablarme?
— Me han dejado unas flores en mi cama esta mañana y no se de quien pueden ser ¿tú sabes algo?
— Que va no tengo ni idea supongo que habrá sido Gavi aunque antes me dijo que no le convencían las flores
— Puede que lo haya echo para despistar
— Tranquila se lo preguntaré -me miro- con una condición
— ¿Que condición?
— Que dejes que María y Gavi te cuenten su versión -suspire- no les has dejado explicarse
— Pablo me echo en cara cosas la última vez que hablamos -dije-
— Porque es tonto y sabes cómo se pone cuando se enfada, te vio con la camiseta de Asensio y despertaste a la fiera -rei-
— Está bien dejaré que se expliquen
— Gracias -sonrio- no aguantó más a los dramáticos estos -rei- si no te han borrado ya el nombre poco les queda