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*narra Maria*

Me desperté sin apenas haber dormido nada, había estado toda la noche dándole vueltas tanto a mi conversación con Gavi como a la que tuve con Carlos en la feria.

Estaba siendo muy egoísta, quería que Lucia y Gavi estuviesen juntos para no perder mi amistad con Lucia cuando en realidad ella lo estaba pasando mal, sin duda era una mala persona.

Mire a Pedri el cual dormía plácidamente a mi lado, no quería hacerle el mismo daño que Gavi le estaba haciendo a Lucia, sabía por ella como se sentía y sabía lo mal que lo pase cuando él mismo me puso los cuernos.

Solté una lagrima, sabía que este momento llegaría y no estaba preparada para admitir que era lo que sentía por Gavi, no quería que Lucia y Pedri pasasen por eso y sabía que alguien iba a sufrir así que ¿por que no hacerlo yo ocultando mis verdaderos sentimientos?

Pedri se despertó y me sonrió, cuando lo hizo lo abrace, tenia ganas de sentir el calor de un abrazo y Pedri era experto en eso.

— Pero bueno que cariñosa te has despertado hoy ¿no? -dijo y cuando vio mi cara, la cual supuse que tendría unas ojeras increíbles me miro- ¿has dormido?
— Se puede decir que me ha costado -dije- pero no dejes de abrazarme -añadi-
— No lo haré -dijo dándome un beso en la cabeza- ¿por que no has dormido te acostaste tarde? No te vi en la cama anoche
— Gavi me ayudo a curarme las heridas de mis pies los tengo destrozados él sabía dónde estaban las cosas -dije- pero no fue por eso es porque me ha costado conciliar el sueño
— Está noche dormiremos en casa -dijo y sonreí-
— Tengo ganas de volver a casa -dije-
— ¿Sabes una cosa? -me dijo-
— ¿Que?
— Mi hermano se lío con Ana anoche -Abri los ojos sorprendida, Gavi tenía razón-
— ¿En serio? -dije sorprendida-
— Si yo no me lo esperaba -añadio-

Nos levantamos y tras vestirnos fuimos a desayunar, allí estaban todos, nos sentamos a desayunar con ellos y empezaron a hablar.

— Uy que mala cara tienes -me dijo Ana-
— Habrán tenido una noche movidita como la de dos que yo me sé -le dijo Aurora haciendo que todos menos Pedri se riese-
— No quiero hablar de eso -dijo Pedri sentandose y me reí- no quiero imaginarme a mi hermano así
— Te callas que tú habrás estado haciendo lo mismo -le dijo Fer- sino mira la cara de sueño de María
— Eso no es de tu incumbencia -dijo Pedri-

Gavi me miro entre celoso y confundido, desvíe mi mirada hacia otro sitio y seguí la conversación que estaban teniendo los demás

Después de desayunar fuimos a nuestras respectivas habitaciones a hacer las maletas para irnos, cuando terminamos metimos todas las maletas y nos despedimos de la hermana de Gavi y de Ana

— Cuídate mucho -me dijo Aurora dándome un abrazo- y se que te preocupa algo te conozco lo suficiente ya
— Gracias -dije-

Ana me miro para luego abrazarme, me quede un poco sorprendida pero decidí seguirle el abrazo.

— Enhorabuena has ganado
— No he ganado nada
— Has ganado a Gavi o te piensas que no me doy cuenta
— No tienes ni idea

La madre de Gavi nos estaba esperando para decirnos adiós, después de despedirse de todos y dejar que todos se fuesen ella se despidió de mí y de su hijo

— Que carita más mala tienes -me dijo su madre- tú no eres así -dijo mirando mi ropa, llevaba unos vaqueros anchos la sudadera de Pedri y unas chanclas ya que no podía ponerme zapatos-
— Han sido unos días de feria duros -dije-
— Bueno aún así estás guapísima -sonrei- ¿te siguen doliendo los pies?
— Tu hijo es un buen enfermero -le dije agarrando a Gavi del brazo-
— ¿Ah si? -dijo su madre-
— Claro mama que pensabas
— Eres un romántico -dijo- ¿nos veremos otra vez no?
— Cuando quieras -dije sonriendo y abrazándola-

Tras despedirse de su hijo Gavi y yo seguimos a los demás mientras hablábamos

— ¿Estas bien? -dijo preocupado-
— Si ¿por que?
— Porque tu cara no me dice lo mismo
— Es solo que estoy cansada
— ¿Segura? -dijo pasando su brazo por mis hombros-
— Si tranquilo -dije dándole un beso en la mejilla provocándole una sonrisa- estoy bien
— Tengo que decirte algo -me dijo- voy a dejar a Lucia -añadio- cuando lleguemos a Barcelona voy a hacerlo
— ¿Eso es lo que quieres? -le pregunté-
— Te quiero a ti así que si -sonrei como una tonta- aunque tú no tomes aún la decisión de dejar a Pedri yo voy a seguir mi corazón y lo correcto es dejarla a ella
— Está bien -dije- supongo que estás haciendo lo correcto -añadi-
— Pues venga guiri mía -lo dijo por mis pintas haciéndome reír- nos espera un camino de vuelta largo

Volvimos a Barcelona, me había llevado todo el camino de vuelta durmiendo en el hombro de Pedri ya que no pude aguantar más con el sueño.

Cuando llegamos a Barcelona Fer cogió un vuelo de vuelta a su casa y los demás nos quedamos en casa. Suspire al entrar por el simple motivo de que sabía que nada iba a ser lo mismo dentro de unos pocos días.

Lucia y Gavi iban a dejarlo y Lucia se iría en poco tiempo de allí, cuando subieron a deshacer la maleta supe que era el momento.

— Rubia ¿que te pasa? -dijo poniendo una mano en mi hombro-
— Nada tranquilo estoy bien -dije-
— Claro que no lo estás -dijo- puedes contármelo quiero estar ahí para ti eres mi novia -empecé a llorar otra vez- amor -añadio atrayéndome hacia él para abrazarme y le seguí el abrazo-
— Todo se va a ir a la mierda Pedri
— ¿El que se va a ir a la mierda?
— Nosotros todo esto -dije- Gavi y Lucia lo van a dejar y Lucia se va a ir
— Era una cosa que sabíamos que iba a pasar amor -dijo acariciando mi pelo- y que Lucia se vaya no significa que vayáis a dejar de ser amigas
— Pero no va a ser lo mismo
— Lo se pero puede que a lo mejor venga algo mejor -dijo- ven vamos a sentarnos en el sofá y así no los molestamos arriba

*narra Gavi*

Estaba muy nervioso, iba a pedirle perdón por todo lo que había pasado en la feria y por haber sido un estupido con ella, no sabía cómo iba a terminar esa conversación sólo se que no terminaría muy bien pero sabía que le debía una disculpa y grande.

El viaje había estado lleno de sorpresas, me había dado cuenta de lo que realmente sentía por María, algo que siempre había estado ahí pero que había querido ocultar y saber que ella sentía lo mismo que yo me llenaba de satisfacción. Tenia muchas ganas de estar con ella pero para empezar una relación en condiciones teníamos que dejar a nuestras respectivas parejas.

No sabía si María sería capaz de dejar a Pedri tan pronto, se la veía muy dolida por la situación y yo no iba a presionarla a que tomase esa decisión, tenia que salir de ella hacer eso. Yo sin embargo sabía que mi relación con Lucia tenía los días contados por lo gilipollas que he estado siendo con ella estos días.

Llegamos a casa después de un largo viaje en el que Lucia y yo, para variar, no habíamos intercambiado ninguna palabra. María me miro con cara triste, sabía lo que iba a pasar y sabía que ella tenía miedo del resultado que esa conversación podría tener para todos. Ambos subimos a la habitación a deshacer la maleta pero ella no parecía muy entusiasmada en deshacerla, me pareció muy extraño y ya que ella no pronunciaba palabra empecé a hablar yo.

— Oye Lucia -dije- ¿podemos hablar?
— Tenemos que hablar -añadió ella y con sus palabras supe que en definitiva mi relación con Lucia estaba llegando a su fin-

La casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora