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*narra Maria*

Después de que Vinicius me dedicase un gol estaba muy incomoda viendo el entrenamiento, no quería estar viéndolos a ellos jugar sino a los del Barça.

Tras estar un buen rato escuchando a Lucia decir que estaban marcando golazos y que lo estaban haciendo súper bien los chicos nos invitaron a jugar con ellos.

— Chicas ¿queréis venir? -nos invitó Bencema-
— Vale -dijo mi amiga sin dudar mucho ante la propuesta- venga vamos
— No me apetece jugar al fútbol ahora
— Venga María juega conmigo -dijo Ceballos-
— Voy a ir a ver a mi novio -dije-

Salí de allí, no tenia nada de ganas ni de entrenar con ellos ni de que Pedri me volviese a ver con ellos y pensase cosas que no son.

Fui a buscarlo para darle suerte antes del partido, quería ayudarle a que se calmase pero claro este estadio es tan grande que te puedes perder tranquilamente.

Llegue hasta lo que era la planta baja del estadio y busco cuál es el vestuario de los chicos, no sé cuánto tiempo llevo perdida hasta que Ceballos aparece detrás de mi asustándome

— ¿Te puedo ayudar en algo? -dijo-
— Que susto -dije-
— Perdón
— Estoy buscando el vestuario del barca ¿sabes cuál es?
— Me conozco esto como la palma de mi mano ven

Lo seguí hasta que llegamos a los vestuarios, por fin había podido encontrar el vestuario de Pedri. Lo mire dándome cuenta de una cosa, si él estaba aquí los chicos tendrían que salir a entrenar dentro de poco.

— Para que después te caiga mal -dijo-
— No me caes tan mal -dije- solo me caes menos bien
— Ya lo conseguiré -dijo haciéndome reír-
— Gracias -añadi-
— De nada -dijo-

Entre en los vestuarios y al único que vi fue a Gavi, el cual me miraba entre confuso y sorprendido. Mire para todos lados dándome cuenta de que estaba solo y que todos los demás ya se habrían ido al entrenamiento

— ¿Pedri no está aquí? -le pregunte tímida, era la primera vez que le hablaba en una semana-
— No -me contestó seco-

Supe que era hora de irse de allí así que eso hice, bueno al menos lo intenté ya que fui a abrir la puerta sin tener éxito, no sabía cómo no era capaz de abrir la puerta así que tuve que decírselo a Gavi

— No abre -dije colorada ante la situación y mucho más tímida como antes-

Gavi lo intentó forcejeandola un poco sin obtener resultados, definitivamente nos acabábamos de quedar encerrados. En cualquier otra situación me daria igual pero con Gavi y en el momento en el que nos encontrábamos los dos esto iba a ser una bomba.

— Nos hemos quedado encerrados -dijo cuando se dio cuenta de que no iba a ser capaz de abrirla-

Perfecto ahora estaba encerrada con él y encima de que estaba enfadado conmigo se enfadaría porque se iba a perder el entrenamiento.

— Me cagó en la puta me voy a perder el entrenamiento -lo sabía, lo conozco demasiado bien- ¿por que tuviste que cerrar la puerta? -tambien sabía que iba a decir eso-

Decidí no contestarle, no quería pelear con el ya que no sabía cuánto tiempo íbamos a estar allí los dos solos.

— Voy a intentar llamar a Lucia -dije olvidando su pregunta y fui a coger mi móvil llevándome la sorpresa de que con las prisas no había cogido el bolso- no lo llevo encima
— Yo tampoco -dijo seco- supongo que tendremos que esperar
— Si

Se sentó en uno de los bancos y yo hice lo mismo pero en la otra punta de la habitación. Pasamos un buen rato en silencio, yo miraba mis pies, el techo, mis uñas e incluso había veces que lo miraba a él con la esperanza de que fuese a hablarme o algo.

La casualidad Where stories live. Discover now