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*narra Maria*

Cuando Gavi se fue a entrenar me quede en casa y no me podía sentir más sola que en aquel momento. Cuando los chicos se iban a entrenar Lucia y yo nos quedábamos aquí o íbamos juntas a sitios pero ahora no tengo a nadie.

Nunca había visto la casa tan grande como en ese momento y lo único que quería era que Gavi volviese de entrenar.

Decidí que tenía que salir a despejarme, no quería seguir pensando en todo el drama que había en mi vida ahora mismo así que salí fuera.

Mis pies me llevaron hasta la puerta de la casa de Lucia, iba a pedirle perdón otra vez por lo que le había echo pasar, me quede mirando la puerta nerviosa hasta que llame al timbre.

— ¿María? -me pregunto Fer-
— ¿Fer? ¿Que haces en Barcelona?
— He venido a mudarme -me miro mal, su hermano obviamente se lo había contado-
— ¿Ha mudarte a Barcelona?
— Si -dijo seco-
— ¿Con quien?
— Con Lucia y con mi hermano, tiene el corazón roto ¿sabes? Su novia lo ha dejado por otro
— Oye fer lo de tu hermano y yo no tiene porque interferir en nuestra amistad y antes de que me juzgues quiero -me freno-
— Lo se pero le estás haciendo mucho daño y ahora mismo no me sale
— Lo entiendo -dije triste- ¿esta Lucía?
— Si pasa

Entre en casa de Lucia con un nudo en el estómago, deseaba con todas mis fuerzas que me perdonase o que al menos me entendiese pero algo en mí me decía que no iba a ser así

— ¿Gavi te ha dejado sola y vienes a que te perdone? -¿como podía entenderme tan bien?-
— Vengo a que me perdones
— Pues puedes darte la vuelta
— Lucia por favor
— Ni Lucia ni nada -dijo levantandose del sofá- ¿entiendes lo que has echo?
— Claro que lo entiendo -dije- y por eso vengo a explicarte que -me freno-
— Ya lo hiciste -dijo- te ha empezado a gustar el mismo chico que a mi, has visto la oportunidad de estar con él y lo estás haciendo sin importar que siento yo
— No es exactamente así -dije-
— ¿Ah no entonces como es? -en realidad si lo era-
— Tu si me importas -dije- he intentado ocultar mis sentimientos durante un tiempo pero tú lo dejaste a él creía que no querías nada con él después de esto
— No vayas por ahí porque sabes de sobra que si me gusta -suspiro- me ha dolido mucho que precisamente tú hayas sido la que me haya echo esto otra vez
— Lo siento -dije- quiero arreglarlo
— El daño ya está echo -dijo y miro para otro lado dándome a entender que era la hora de irme-
— Está bien -dije- quiero que sepas que te quiero y que para mi sigues siendo mi mejor amiga

Dicho eso me marché, estaba muy triste ya que no había podido conseguir nada con Lucia, quería que me perdonase, ser las mismas que éramos antes y estar siempre ahí la una para la otra pero me he cargado eso.

Volví a casa echa un mar de dudas, ¿Lucia me perdonaría alguna vez?. Volvía a estar sola así que me dediqué a hacerle algo rico a Gavi para cenar aunque mis dotes en la cocina no eran los mejores, Gavi y yo teníamos que aprender a cocinar si queríamos alimentarnos

Gavi llegó cuando mi intento de cena estaba lista, en realidad no estaba tan mal y al menos había estado distraída, solo esperaba que le gustase

— Hola -dijo dándome un beso cuando me vio- ¿que tal has estado? -no quería decirle que había estado hablando con Lucia-
— Bien -dije- te he echo la cena -se la enseñe- sabes que no soy muy buena cocinera pero al menos lo he intentado
— Vaya tiene buena pinta -dijo desanimado- eres la mejor
— ¿Estas bien? -le pregunté- no tienes muy buena cara -añadi acariciando su mejilla-
— Si tranquila es solo que estoy muy cansado a sido un entrenamiento duro -añadió y me dio un beso- ¿cenamos?
— S...si claro -sonrei no muy convencida-

Estuvimos cenando un poco en silencio, creo que él me ocultaba algo tanto como yo se lo ocultaba a él, no quería empezar una relación con él ocultándonos cosas así que empecé a hablar para ver si nos sincerábamos el uno con el otro

— Fui a ver a Lucia -le dije y me miro- para intentar que me perdonase
— ¿Y lo conseguiste? -me pregunto-
— No -dije- solo conseguí saber que Fer se va a mudar a Barcelona y que tampoco quiere saber nada de mi
— Por lo que me he enterado se van a mudar Fer, Pedri y Lucia los tres juntos -añadio-
— ¿Ah si? -me daba envidia, yo también quería estar con ellos-
— Pedri se lo dijo hoy a Balde y a Pablo en el entrenamiento
— ¿Estuviste con Pedri? -dije y asintió- ¿como estaba?
— Yo no he tenido mucha suerte tampoco con Pedri hoy, está dolido y no quiere saber nada de mi -ese era su secreto-
— ¿Has hablado con Pedri? -le volví a preguntar-
— Más bien he peleado con Pedri -dijo- quiero que vuelva a ser mi amigo pero no entra en razón
— Siendo sincera creo que nosotros tampoco lo haríamos si fuese al revés
— Lo se -dijo- pero ¿te vas a rendir tan fácilmente? -añadio tirándome un trozo de pan haciéndome reír-
— Sabes que nunca me rindo -añadi-
— Claro que no -dijo- por eso estás conmigo -ahora fui yo la que le tire el pan-
— Pero si me pediste salir tú
— Y no me arrepiento -lo mire- ¿t...tu te arrepientes? -me pregunto con miedo-
— No -dije- claro que no -acaricie su mejilla-
— Se que no está siendo nada fácil para ninguno pero juntos lo superaremos -cogió mi mano-
— Por supuesto -sonrei-

Después de cenar nos dirigimos al sofá a ver una pelicula mientras Gavi me abrazaba, me había sentido tan tonta y sola durante el día que ahora estaba a gusto por fin

Vi la película en silencio mientras Gavi acariciaba mi brazo y veía la tele mientras comentaba la película, yo me limitaba a sonreírle y asentir a todo lo que decía.

Echaba mucho de menos a Pedri y a Lucia, ella y yo hacíamos de todo juntas y nos lo contábamos todo, pero algo o más bien alguien hizo que todo esto cambiase y me hacía pensar en algo ¿de verdad está mereciendo todo esto la pena?

Siempre le prometí y le negué mis sentimientos, no fue nada fácil pero cuando Gavi y yo nos besamos todo se fue a la mierda, me dejé llevar por mis sentimientos y ahora estaba pagando las consecuencias

— Amor ¿en que piensas? -dijo haciendo revolotear mariposas en mi estómago, era la primera vez que me llamaba amor-
— ¿Me has llamado amor? -le pregunté emocionada-
— S...si ¿te molesta? -dijo-
— Para nada -dije y le di un beso- me encanta como suena en ti
— Y a mi me encanta decírtelo -dijo y me volvió a besar-

Nos empezamos a besar, agradecí que su pregunta se hubiese quedado en el aire y rápidamente acabe sentada en las piernas de Gavi mientras nos besábamos

Quería que se le olvidase la pregunta que acababa de hacerme, no quería tener que ser la novia pesada que echa de menos a sus amigos así que empecé a bajar mis besos de su boca hacia su cuello mientras acariciaba sus abdominales por debajo de su camiseta

— Me estás volviendo loco -dijo-
— Tu me vuelves igual de loca a mi -dije susurrándole en el oído-

Lo hicimos en el sofá y luego volvimos a hacerlo en la habitación antes de acostarnos a dormir, después de hacerlo me quede despierta sin poder dormir pensando en algún plan para poder recuperar a Lucia, iba a recuperar su confianza.

La casualidad Where stories live. Discover now