09.~Mi primer partido.

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(En multimedia Dylan)







NARRA SOFIA

Definitivamente puedo decir que odio la menstruación.

Muchas veces he oído a las chicas de mi entorno, como a mi madre o mis hermanas quejarse de ella pero lo que no sabía es que sus quejas eran una mínima pincelada de lo que realmente se siente al tener a ese demonio infernal dentro de ti y el cual tienes que expulsar una vez al mes.

Ahora entiendo cuando la gente dice que las mujeres debemos de ser sobrehumanas para poder desangrarnos durante aproximadamente una semana y luego seguir vivas y coleando como si nada hubiese pasado.

Apresuro mi paso para llegar al cuarto de Flora. Es verdad que ha pasado un día desde que sé lo que se siente al tener la famosa regla. Sin embargo, no he tenido tiempo de contárselo a quien considero como mi mejor amiga aquí dentro.

Ayer lo único que hice fue maldecir y desear volver a ser más pequeña donde estas cosas no te pasan. Lo peor de todo esto es que Christian y Brent lo vieron. De seguro que Brent se burlara de mí por el resto de los días.

Doy cuatro golpes en la puerta de Flora avisando de que voy a entrar.

Sí, esa es nuestra señal.

—¡Flora! No sabes lo que me ha pasado —elevo mi tono de voz con exasperación.

Mi mejor amiga quien está sentados en su escritora se levanta de la silla y se gira en mi dirección.

—¿El qué? —cuestiona con interés mientras se dirige a su cama y se acomoda en ella. Sin pensarlo dos veces yo hago lo mismo pero en la cama de al lado.

La compañera de habitación de Flora, cuyo nombre es Lily, es una chica muy ausente. Siempre está en otro sitio que no sea su cuarto, incluso por las noches Flora me ha contado que llega al cuarto a las tantas de la madrugada.

—Me vino el periodo —Doy un leve suspiro al recordarlo.

Flora presiona sus manos sobre su boca, mostrándome ese sentimiento de sorpresa que le ha generado mi noticia.

—¿Y cómo es? —se atreve a preguntarme.

Pienso durante unos segundos mi respuesta.

—Asqueroso —Hago una breve pausa dándole énfasis a la palabra—. Hay veces que te duele todo, en especial los ovarios, y tienes que tomarte una pastilla o una manzanilla para que se te cure. Otras veces parece que estás bien, bueno en verdad normal, porque yo en estos dos días que la he tenido en todo momento he sentido como si llevara puesto un pañal encima. Y ni hablar de los cambios de humor que te genera —añado mientras vuelvo a suspirar.

Mi amiga escucha con atención cada una de las palabras que digo.

Quiero seguir hablándole y contándole acerca de mi no tan grata experiencia pero el sonido de la puerta nos interrumpe. Cuando ésta se abre muestra el rostro de un chico de cabello castaño y ojos azules como el cielo. Además, sus músculos están marcados por lo que se nota que va al gimnasio o hace deporte.

—Flora, ¿me devuelves los auriculares negros que te presté? —Su voz suena tan sexy que puedo jurar derretirme aquí mismo.

—Si, espera voy a buscarlos que los deje en el baño —le avisa mi mejor amiga mientras se adentra en el lugar mencionado.

El chico ahora dirige su mirada hacia mí.

—Hola, soy Dylan, el hermanastro de Flora —dice saludándome con un gesto de mano.

Cumpliendo los catorceNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ