28. El cumpleaños de Hunter

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NARRA FLORA

Me sacudo por última vez mi falda, intentando que no se note ni la más mínima arruga en ella. Hoy quiero estar presentable puesto que es el día perfecto. Sí, el día perfecto para confesarle mis sentimientos de una vez por todas a Hunter.

Llevo esperando tanto tiempo este día que ahora que me siento lista para hacerlo, no puedo evitar sentirme extraña. Aún así, supongo que eso es algo normal que nos suele ocurrir a todos en momentos como estos.

—Deja de tocarte tanto la falda, la vas a arrugar más de lo que ya está —La voz de Christian irrumpe en mis pensamientos.

Estoy tan concentrada en como me veo que se me ha olvidado que mi mejor amigo está acostado en mi cama leyendo uno de sus tantos libros. La verdad es que eso es una de las facetas que más aprecio de Christian, el hecho de que a pesar de que la mayoría de los chicos puedan llegar a burlarse de él porque le guste leer, él lo hace igual puesto que es lo que le gusta.

—¿Me veo bien? —inquiero, dándome la vuelta hacia donde está él y buscando una respuesta afirmativa por su parte.

Christian suspira para luego removerse entre las sábanas de mi cama. Finalmente, vuelve a enfocar su mirada en mi.

—No te ves mal —responde sereno.

—¿Eso quiere decir que me veo bien? —repito mi pregunta.

—Eso quiere decir que no te ves mal —Christian vuelve a responder con la misma contestación que ha utilizado segundos antes.

—A veces me pregunto porque soy tu amiga —espeto molesta.

En estos momentos necesito la opinión de alguien y puesto que Christian es el único que está aquí conmigo, pensé que podría expresarme la suya pero ya veo que no.

—Porque soy demasiado sensacional como para que no quieras ser mi amiga —expresa con orgullo y cierto egocentrismo fingido.

Christian podrá comportarse como un idiota muchas veces. Sin embargo, no es una persona que se defina por creerse superior a los demás, ni mucho menos.

Ruedo los ojos y le fulmino con la mirada. Luego, vuelvo a mirarme en el espejo. Hoy llevo puesta una camisa verde de encaje con una falda negra, un conjunto bastante sencillo.

A veces es mejor ir sencilla, que demasiado explosiva y dar una imagen errónea de mi.

Varios golpes en la puerta de mi habitación hacen que, tanto yo, como el rubio que está acostado en mi cama, desviemos nuestras miradas hacia el lugar de donde proviene el ruido.

Una melena rubia, acompañada por una pelirroja, es lo que vemos en un comienzo.

—Pasad —pido dejando que se dejen ver tras el marco de la puerta.

Hoy Anastasia luce su melena rojiza más voluminosa de lo normal, mientras que Sofia tiene su cabello recogido en una cola de caballo.

Ambas al igual que yo, se han vestido de manera sencilla. No obstante, a diferencia de mi, ellas llevan puestos unos pantalones.

—¡Mis compañeras de la vida y con las que veo series y películas! —Christian se emociona nada más verlas aparecer y corre hacia ellas acorralándolas en un abrazo grupal, antes  de que tan si quiera puedan llegar a reaccionar.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now