42. Felices catorce - Parte 1

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El capítulo no está corregido luego lo hago que ahora me da pereza jaja

NARRA SOFIA

Sé que suena cruel pero siempre supe que el momento en el que Anastacia viniera a mi porque Jackson la hubiese dejado llegaría. No me malinterpreteis Anastacia es una chica genial que puede gustarle a cualquier persona. Sin embargo, Jackson es un idiota y con lo que le hizo a Susan demostró que tarde o temprano le volvería a hacer lo mismo a Anastacia.

En realidad creo que siempre la tuvo como el repuesto, es decir, cuando Susan no quería nada con él utilizaba a Anastacia. Triste realidad pero seguramente cierta.

Después de haberme pasado la madrugada de mi cumpleaños consolándola, ella termino quedándose dormida y poco después lo hice yo.

Durante toda la noche me costó conciliar el sueño y cuando pude hacerlo, sonó el despertador, ni siquiera sé porque lo puse tan temprano si hoy es sábado y no hay clases.

Me dirijo hacia el espejo que hay en el cuarto y me observo. Siempre pensé que cuando tuviera catorce años algo cambiaría en mi, tal vez físicamente, o tal vez en el interior pero en estos momentos me siento como si fuese la misma chica curiosa y con inseguridades que era ayer.

Tal vez el cambio no se trate de algo interior —exceptuando a algunas personas que les da por entrar en la etapa del pavo—, tal vez al tener catorce años el cambio no se trata sobre uno mismo, sino sobre la forma en la que el resto de personas nos ven.

Cuando tienes once años todos te ven muy pequeña para todo y cuando tienes diecisiete ya te ven como una persona más adulta para lo que les interesa. Sin embargo, cuando tienes los catorce entras en la cumbre de la etapa de la adolescencia, en donde no eres ni muy pequeña para algunas cosas pero tampoco eres muy grande para otras.

Tal vez los catorce se podrían definir como la etapa cumbre del tránsito hacia la mayoría de edad.

Cuando termino de hacer mi cama me dirijo hacia Anastacia, la cual está dormida en su cama aferrándose a las sabanas. La verdad es que desde aquí parece tan inocente y frágil a la vez, que no puedo evitar sentir pena por ella.

Sé que actuó mal conmigo en su momento pero ella en su tiempo fue mi mejor amiga aquí y siempre me hizo sentir bien cuando lo necesitaba así que ahora por un fallo que ha cometido no la voy a dejar tirada.

En eso se basa la amistad, en estar ahí para el otro, a pesar de todo, cuando lo necesita. En la vida no podemos ir con el lema de "ojo por ojo, diente por diente" porque sino todos acabaríamos ciegos y sin dientes.

Los seres humanos cometemos fallos, son parte de nuestra esencia y de cada fallo se aprende algo. Por eso, debemos de saber perdonar cuando es necesario y este es uno de esos casos.

Cuando veo que Anastacia se remueve inquieta, decido que es hora de hacer algo productivo, como terminar mis deberes de matemáticas, asignatura la cual amo con todo mi ser —que se note la ironía—.

Cojo los útiles necesarios e intento salir de mi cuarto sin hacer mucho ruido.

Hoy el pasillo está más despejado que de costumbre pero no le doy importancia. Poco a poco apresuro el paso hasta llegar a la biblioteca tomando asiento en uno de los primeros sitios que veo libres.

Comienzo a hacer mis deberes hasta que me suena el móvil. Lo saco con la esperanza de que sea alguno de mis amigos del internado felicitándome. Sin embargo, es mi tío Raymon, que me manda una foto mía y de él de hace varios años ya.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now