13. De tu propia medicina.

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NARRA SOFIA

El ruido de la puerta al abrirse interrumpe ese silencio entre Hunter y yo, donde únicamente eran las miradas quienes hablaban.

Ambos dirigimos nuestras miradas hacia la puerta y nos encontramos con Brent y una cantidad de diversas prendas que estoy segura de que son para mí.

—Aquí ha llegado tu salvación —son las primeras palabras que pronuncia Brent segundos después de entrar.

Pongo mis ojos en blanco al oírle. No me puedo creer que incluso en estos momentos se tome todo a cachondeo.

—Dame mi ropa, por favor —le ordeno acercándome a él y estirando mi brazo. Sin embargo, él niega con su cabeza.

—Si quieres tu ropa tienes que explicarnos lo ocurrido, ¿a que si Hunter? —dice Brent preguntándole a su amigo, quien asiente lentamente.

Doy un suspiro y me preparo para soltar como acabé caminando con una toalla por los pasillos del internado.

—Después de la clase de deporte fui a asearme a las duchas colectivas y alguien, que estoy segura de que fue vuestra amiguita Eleonora, cogió mi ropa así que como comprenderéis me he visto en la obligación de salir de esta manera por todo el internado intentando que no me pille alguien de un alto cargo —explico de forma apacible.

Brent y Hunter se miran el uno al otro y empiezan a reírse. No obstante, yo no le veo lo gracioso al asunto.

¡Me han quitado mi ropa!

—Estás cosas solo te pasan a ti —comenta Brent en tono de burla.

Sin que se lo espere cojo mi ropa y me encierro en el cuarto de baño que hay en la habitación.

Una vez ahí dentro me cambio y por fin consigo ponerme una ropa adecuada y no la maldita toalla con la que he tenido que deambular por ahí.

Cuando salgo ambos chicos están en sus respectivas camas. Brent pone su atención en su teléfono móvil mientras que Hunter está leyendo un libro.

—¿Tú lees libros? —La pregunta se escapa sola por mi boca ya que me parece sumamente extraño que Hunter lea libros.

Él aparta su mirada del libro que tiene entre sus manos y la enfoca en mi.

—Hay muchas cosas que no sabes sobre mi —responde haciéndose el interesante mientras que yo ruedo los ojos.

—Mejor que no las sepas —le sigue Brent con tono de burla y sacándole la lengua a Hunter, quien coge uno de los cojines de su cama y se lo tira al castaño.

Brent en vez de molestarse se empieza a reír y Hunter le imita.

—A veces pienso que no podéis ser más idiotas pero siempre me demostráis lo equivocada que estoy —digo con sorna.

—Por lo menos siempre te estamos sorprendiendo —replica Brent alzando sus cejas de manera picarona a lo que le respondo con un gesto que simboliza que me están dando arcadas solo de verlo y escucharlo.

—Mejor me voy, que a ver si me vais a pegar vuestra idiotez o en el caso de Brent su idiotez y egolatría —me despido mientras camino hacia la puerta para salir del cuarto y ni siquiera me espero a que se despidan.

Camino lentamente dirigiéndome hacia mi habitación y pensando en que venganza puedo tomar contra Eleonora porque obviamente esto no va a quedar así y ella me las va a pagar.

Cumpliendo los catorceWo Geschichten leben. Entdecke jetzt