90. Empieza la guerra.

431 40 9
                                    


Capítulo sin editar

NARRA SOFÍA

Me despierto sintiéndome feliz al ver un mensaje de Dylan en la pantalla de mi teléfono. "Buenos días pequeñina" veo que pone y no pudo evitar suspirar como una estúpida enamorada aunque tal vez aún sea demasiado pronto para decir que lo estoy.

Miro a mi alrededor y observo a Anastacia sobando como nadie. Suelto una pequeña carcajada al verla. Parece como si no hubiese dormido en años.

Un sonido en la puerta hace que me levante de una y vaya a abrir rápidamente para que mi amiga no se despierta. Tengo unas pintas horribles con un pijama de las supernenas y unas ojeras kilométricas.

Cuando abro la puerta me encuentro con Brent. La verdad es que está muy guapo hoy. Trae su pelo repeinado hacia un lado como de costumbre pero su vestimenta es muy distinta, como más arreglada. Arqueo una ceja sin entender que hace aquí.

—Nos falta una persona para poder jugar a un videojuego, ¿te vienes? —pregunta resolviendo mi duda. Cruzo mis manos en mi espalda y me pienso que contestarle. Hace poco que formalicé lo de Dylan pero creo que Brent no sabe nada así que tal vez estar ahí con ellos como si nada pueda ser violento si sale el tema. Además, he quedado para almorzar con Dylan.

—No sé... —Comienzo con la duda—, es que me acabo de despertar —termino excusándome.

—Venga doble S, no me hagas rogarte y quedar aún más de pardillo.

Me muerdo el labio pensándome la respuesta. ¿Por una partida no morirá nadie no?

—Vale pero sólo un rato —Prefiero aclararlo a que luego haya malos entendidos—, aunque deja que me cambie primero.

Brent asiente y yo cierro la puerta. No tardo mucho en cambiarme y salir con la misma. Mi amiga tiene el sueño tan profundo que ni se entera. Cosa la cual agradezco.

—¿Y eso que te ha dado por invitarme? —comento mientras ambos nos dirigimos a su cuarto.

Brent se encoge de hombros y yo mantengo la mirada buscando una respuesta más allá del lenguaje no verbal. Este chico siempre ha sido muy poco expresivo y visto lo visto morirá así.

—Lo echaba de menos.

—¿Los videojuegos?

—A nosotros jugando.

Yo asiento conforme con su respuesta. Después de todo parece que sigue teniendo corazoncito y eso en cierta forma me ablanda.

Cuando llegamos al cuarto están Christian y Hunter debatiendo sobre algo de lo que no me entero. Al vernos entrar se callan y para nada disimuladamente. Los miro, me miran y se repite el momento hasta que Brent lo para.

—Ya somos cuatro —afirma sonriente.

Mis amigos se miran confusos. De seguro que no entienden como es que Brent me ha invitado y en cierta parte hasta a mi me cuesta digerirlo. Pensaba que después de la última vez estaría cabreado conmigo.

—Sof —Christian es el primero en levantarse y abalanzarse sobre mi. Mi amigo me dirige hacia donde él estaba sentado y me hace hueco. Hunter cuando me ve me sonríe y yo le imito.

—¿Quién juega contra quien? —pregunta el susodicho.

—Nosotros contra ellos —afirma muy seguro Brent señalándose primero a Hunter y a él para luego hacerlo con Christian y conmigo. Sabía que no íbamos a estar en el mismo equipo, siempre seremos rivales.

Nadie pone pegas así que empezamos a hacerlo así.

Entre los piques, las derrotas, las risas, las victorias y todo lo demás, se me pasa la mañana volando. Incluso olvidándome de que había quedado con Dylan para comer.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now