46. Una cena con un final inesperado

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Capítulo sin editar

NARRA SOFIA

Si dijese que estas no han sido una de las mejores navidades mentiría y eso que solo acaban de empezar.

Estos cuatro días le he estado enseñando a Chris un poco más acerca del lugar donde vivo. Juntos hemos ido al parque, al cine, incluso hemos repetido la salida al parque de atracciones y me he vuelto a subir en la montaña rusa junto a él.

Y eso que solo han pasado cuatro días desde que está en casa con nosotros.

Además, a mis padres les ha caído tan bien que incluso se tomaron la molestia de comprarle un regalo por el día de Navidad. En ese momento, Chris se emocionó tanto que incluso percibí como se controlaba las ganas de llorar en aquel instante.

Por otro lado, parece que también pillo mi "indirecta" muy directa sobre lo poco que me gustaba que estuviese tan pegado a mi hermana puesto que estos días sí han hablado pero él no ha pasado de mi por ella.

¿Se puede tener un mejor amigo que él? No lo creo.

Si hay algo bueno que me ha traído el internado sin duda alguna es el hecho de haber conocido a Christian. Incluso si ahora mismo la pienso ya ni me puedo imaginar mi vida sin sus tonterías, su sentimentalismo, su vicio por la lectura y los personajes literarios, pero sobretodo sin él.

—Es una cena importante, ¿en serio vas a ir con esa camisa vieja y esos jeans? —La pregunta de mi hermana hace que vuelva a la realidad, en donde en menos de una hora comenzará mi tortura y con tortura me refiero al hecho de tener que compartir la misma sala con Jackson durante toda la cena.

Quiero a Susan pero su novio me da tanta repugnancia que no sé si seré capaz de mirarla a la cara más de tres segundos sin vomitarle encima. Algunos tal vez piensan que exagero pero de verdad, no soporto a los cerdos que se las dan de buenas personas y luego engañan a sus novias con las mejores amigas de sus hermanas.

Dejando esos pensamientos a un lado, me doy la vuelta para ver a Susan, quién está apoyada en el marco de la puerta de mi habitación con el ceño fruncido y sus brazos cruzados.

—A mi me gusta lo que llevo puesto —Me encojo de hombros y no le doy importancia. ¿Qué tiene que ver que me ponga un atuendo simple?

Susan entra en mi habitación con una mueca de enfado y se para en frente mía.

—¿Por qué pretendes sabotear mi cena? ¡Deberías de estar contenta por mi! —Ella alza la voz y juro que en este instante me dan ganas de soltarle todo lo que su novio ha hecho a sus espaldas pero me controlo, respiro hondo y cuento hasta tres para tranquilizarme.

No soy tan mala hermana después de todo como para contarle que su novio la engaña a una hora de que venga a casa para conocer a nuestra familia y presentarnos a la suya.

—Susan te estás volviendo paranoica, es mi ropa. Yo puedo ponerme lo que me venga en gana —contesto muy segura de misma.

Tras haberle soltado esa contestación hasta yo misma me sorprendo por haber sido capaz de plantarle cara de esa manera. Tal vez me he pasado un poco pero me alegra que por fin sea capaz de contestarle a mi hermana si algo me parece mal.

—Si vas a vestirte así mejor que no aparezcas en la cena —Su tono de voz suena con resignación y su mirada parece estar desafiándome.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now