74. Una feria con un final... ¿feliz?

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En multimedia la canción "Au volant".

Capítulo sin editar

NARRA SOFIA

—¿Estamos todos listos?

Ruedo los ojos y suspiro. Como siempre la mala suerte viene conmigo y ha hecho que me toque ir en el coche con mi madre y los dos tortolitos. Al parecer ayer mis padres fueron a cenar con ellos dos y yo sin saber nada.

Ya me extrañaba a mi que mis padres dejaran que Susan trajese un chico a casa sin conocerle.

Supongo que estuve tan sumergida en el libro que ni le presté atención al hecho de que ayer cené sola.

—Claro mamá —exclama Susan con efusividad. Sin duda alguna está contenta por ir a la feria mientras que yo estoy de todo menos feliz.

Me he dado cuenta demasiado tarde de que todo este tiempo en el que estaba babeando por Brent siempre tuve ante mis ojos al chico que realmente merecía mi atención y que desde que pudo estuvo ahí para mi.

Lo rechacé una vez y no me arrepiento de ello. Sin embargo, esta vez es diferente. Lo siento distinto, es como si esta vez me doliese verle con otras.

Para colmo es mi hermana.

Susan va de copiloto hablando animadamente con mi madre mientras que Dylan y yo estamos en los asientos de la parte trasera, cada uno en un lado. Él no se digna a mirarme y yo, como no soy menos, tampoco lo hago.

Así pasa gran parte del trayecto en donde todo lo que se escucha es la voz de Susan. Que si se quiere montar en tal atracción, que si quiere comer de tal puesto y un sin fin de información innecesaria para mi. Como podréis comprobar sigo enfadada con ella, sé que siempre lo digo pero me reafirmo en eso de que es como si de las dos ella fuese la pequeña.

—Sofi, ¿aún le tienes miedo a la montaña rusa? —pregunta Susan girándose en su asiento para mirarme cara a cara.

Ella sabe perfectamente que sí. Que hace tiempo me subiese con Christian solo hizo que por ese momento se me quitase el pánico, si me volviese a subir de nuevo me volvería a cagar encima del miedo.

Ay Chris...

En realidad le echo mucho de menos, él es de las mejores personas que me llevo del internado, por no decir la mejor. Tengo claro que cuando vuelva ahí me voy a arreglar con él. Quizás lo de ser orgullosa con Brent está justificado por cómo me ha tratado pero Chris... con él la cosa es diferente. Puede que no comparta su enfado conmigo por lo de sus padres pero él siempre ha estado ahí para mi y ahora que está mal es lo mínimo que yo podría hacer por él.

En realidad me he portado muy mal al no apoyarle. Tendría que haber estado ahí para él. Me reafirmo con que cuando vuelva arreglaré como sea las cosas.

Cuando mi hermana chasquea los dedos delante mia, me vuelvo a la realidad. Sí, a la realidad en donde estoy con Susan, Dylan y mi madre en un coche con dirección a la feria del pueblo.

—¿Desde cuando han puesto una montaña rusa ahí? —pregunto enarcando una ceja.

Mi hermana se ríe por mi ignorancia. Dylan, en cambio, permanece en silencio e inmóvil.

—He oído que lo han puesto este año y también hay una noria, ¿no es genial? Darse un beso ahí sería mágico.

Mi hermana está efusiva y mi madre se limita a asentirle. Cuando mira a Dylan, este le sonríe y yo hago lo mismo mientras también asiento. No entiendo por qué a Susan le entusiasma tanto la idea. A lo mejor es el hecho de que Dylan esté aquí lo que la ilusiona más que estar en la feria en sí.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now