25. Conociendo al mujeriego.

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NARRA SOFIA

No sé que me sorprendió más, si el hecho de que a Anastacia le gustara Jackson, el novio de mi hermana, o la cuestión de que le mandara cartas de amor, como si fuese una verdadera acosadora.

Lo único que sé es que como siempre he sido yo la que ha tenido que arreglar el problema.

—No lo hizo conscientemente, era solo una broma —le explico a Susan.

Ella está de los nervios pensando en lo que ha hecho mi amiga y en el fondo no la culpo por ello ya que, ¿a quién le gustaría que un chica de un curso menor le enviara cartas de amor a su novio?

—¿Una broma?¿Todos los días? —cuestiona mirándome furiosa—. No existe tal broma Sofia, por favor, no seas tan inocente —Susan pone sus manos en su frente y se queda pensando.

—No lo volverá a hacer más, te lo prometo —digo intentando que a mi hermana se le pase el mosqueo.

Ella se acerca a paso decidido hacia mí y eso me intimida.

—Si vuelve a mandarle una simple carta o se atreve a acercarse más de la cuenta a Jackson te prometo que no seré tan buena con las consecuencias —me advierte.

—Entendido.

—Luego nos vemos —Susan se despide de mi con un abrazo para luego marcharse de mi habitación.

—Ya puedes salir —Desvío mi mirada hacia el baño en donde Anastacia ha estado escondida todo este tiempo.

La verdad es que poco tiempo después de que Anastacia me confesara lo ocurrido con Jackson mi hermana toco en la puerta de nuestra habitación. Fue ahí cuando la pelirroja decidió esconderse en el baño y dejarme a mí con el marrón. Por suerte he hecho que Susan no arremeta contra mi amiga.

—Por los pelos —Da un suspiro y se toca su frente.

—Ya sabes, nada de cartas ni acercamientos, ¿vale? —le pido para evitar que el problema vaya a más.

Conozco a mi hermana cuando está enfadada y sé que a Anastacia no le gustaría verle así.

—Pero es que Sofi, él me gusta muchísimo —Anastacia lloriquea como una niña pequeña cuando le quitas su juguete favorito. Sin embargo, para mí eso no hace efecto.

—Ani, ese amor no es correspondido —Me siento a su lado y paso mi mano por su espalda en señal de apoyo.

Ella ladea su mirada y me mira con pena. Me duele verla así porque es mi mejor amiga aquí dentro pero creo que lo mejor es que se olvide de él.

—¿Y tú que sabes Sofia? —Mi amiga sin dudarlo se aparta de mi lado con enfado. Sé que le duele que le diga la verdad aún así pienso que es lo mejor para ella.

—Si la gustaras estaría aquí contigo y no con mi hermana —respondo intentando sonar lo más apacible posible.

Anastacia parece tomárselo a mal y comienza a llorar. Rápidamente, me acerco a ella y le abrazo dejando que hunda su cabeza en mi cuello.

—Yo solo quiero que alguien me quiera —solloza.

A veces en cuestión de amor y relaciones me siento incomprendida porque al contrario que el resto no busco desesperadamente a alguien que me quiera, ni siquiera sé lo que es querer a alguien como pareja, es decir, yo quiero a mis padres y a mis amigos pero nunca he llegado a querer a alguien como mi compañero de vida. En cambio el resto de personas a mi alrededor parecen buscar desesperadamente a alguien que les quiera cuando lo importante en esta vida no es solo que te quieran sino también es saber querer y eso muy pocas personas lo saben.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now