84. El primer suspenso

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Capítulo sin editar

NARRA SOFÍA

En la vida de una persona siempre llega un momento en el cual a muchos les da igual pero otros preferimos evitar: el primer suspenso.

Fue este lunes por la mañana cuando lo vi. Un 4,5 en historia.

Christian intentó animarme y normalizar el suceso, pues, todo el mundo suspende. Sin embargo, yo no lo veía tan normal. Nunca había suspendido. No es que tenga notas espléndidas pero, ¿suspender? Nunca. Mis padres siempre han sido muy estrictos con los aprobados. No les importa tanto si tenemos un diez o un cinco pero sí que aprobemos. ¿Ahora como les voy a decir que he suspendido?

He de confesar que en el fondo sabía que iba a suspender el examen. No había estudiado nada, estaba tan triste por lo de Dylan que ni ganas tenía. Ahora entiendo a mi madre cuando me decía que tener pareja a veces te distraía de lo importante.

Y tanto.

Tal vez exagero o tal vez no y es que en estos momentos siendo sincera ni siquiera sé si sigo teniendo pareja. Con Dylan no he hablado desde aquel día en donde cotillee su conversación con Brent. Él no ha venido a explicarse ni a buscarme y ya no sé si es porque no le importo o porque prefiere darme mi espacio. Yo prefiero engañarme y pensar que es lo segundo, de lo contrario estaría profundamente decepcionada.

Intento camuflarme para no tener que comentarle a nadie más lo horrible que está siendo mi día. No solo he suspendido un examen sino que casi quemo mi camisa favorita por dejarla encima del calefactor y todo por estar así de despistada pensando en mis cosas.

Todo va bien hasta que me encuentro con mi hermana Samantha. Ahora estoy divagando en mis pensamientos mientras ella no para de hablarme de que está pensando en apuntarse a clases de francés y que se ha dado cuenta de que le encantan los idiomas y un largo etcétera de cosas a las que no les presto atención porque no puedo dejar de pensar en el suspenso y en les diferentes formas en las que pueden matarme mis padres al enterarse.

—He suspendido un examen —Samantha deja de hablar de golpe y todo lo que se escucha es silencio.

Mi hermana está tan sorprendida como yo esta mañana al recibir la noticia y aún así frunce el ceño sin entender nada aunque en el fondo ella, al igual que yo, sabe que es lo que pasará cuando nuestros padres se enteren si es cierto que he suspendido.

—¿Por qué? Nosotras nunca suspendemos —Samantha esta completamente seria y sé que ahora vendrá un gran sermón—. Ya sabemos lo que puede llegar a pasar si lo hacemos o es que acaso no te acuerdas cuando suspendieron a nuestra prima por error la que montó nuestro querido tío —Me encojo de hombros. Pienso durante un par de segundos si contarle lo de Dylan o no. No es que sirva como excusa pero en cierta forma explica el porqué aunque, por otra parte, no quiero que se chive a Susan.

Dudo un par de segundos más en sí contarlo. En el fondo tengo la necesidad de hablarlo con ella. Además, Flavia seguro que lo sabe y algo le habrá comentado a Samantha.

—Estuve saliendo con Dylan.

—Pero... —Samantha hace una pequeña pausa que me pone más nerviosa aún, empiezo a juguetear con mis dedos de los nervios—, ¿no es Susan la que tiene algo con él? —termina preguntando.

Yo niego con la cabeza y me dispongo a explicarle toda la situación. Se me hará difícil sintetizar tantos momentos vividos en tan pocas palabras.

—Yo creo que a Susan le gusta Dylan pero a Dylan le gusto yo y a mi me gusta él. Entonces empezamos a salir en secreto porque así lo quería yo para evitar malos rollos con nuestra querida hermana. Obviamente eso trajo problemas, aunque íbamos bien, hasta que al final descubrí que Dylan me había drogado y no se atrevió a contármelo sino que tuve que averiguarlo yo por mi cuenta.

Cumpliendo los catorceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora