Cumpliendo los catorce

27. Una razón para ignorar a alguien.

NARRA SOFIA

Saludo a Dylan con la mano y él sin tan siquiera responderme se da la vuelta. Por su reacción parece estar enfadado y me preocupa pensar que el problema lo tiene conmigo.

—¿Me ha ignorado? —le pregunto a Christian para terminar de confirmar lo patética que acabo de quedar saludándole y no recibiendo una respuesta.

—Tal vez ha tenido problemas en los entrenamientos y como no está de humor no quiere pagarlo contigo —intenta justificar el rubio mientras me dedica una de sus bonitas sonrisas.

Agradezco que Christian intente no preocuparme pero sé que algo no va bien con Dylan. Últimamente, él y yo nos hemos distanciado, sin un motivo aparente o por lo menos no uno del que yo me halla dado cuenta.

Es extraño ya que cuando nos conocimos parecía ser un Dylan distinto al de ahora.

—Voy a buscarle —Con paso firme comienzo a caminar hacia el lugar por donde se ha marchado Dylan. Sin embargo, Christian agarra mi brazo con delicadeza y me detiene.

Él me mira con sus profundos ojos azules y me transmite cierra tranquilidad.

—Mejor voy yo a buscarle por ti, no quiero que si está enfadado termine pagándola contigo y luego estés mal —Sin esperar una respuesta por mi parte, mi mejor amigo me suelta el brazo y se da la vuelta, comenzando a caminar por el pasillo del internado.

Espero varios minutos a que Christian vuelva con Dylan pero parece que la eternidad es corta en comparación con mi espera.

De pronto noto como alguien me impide ver poniendo sus manos sobre mis ojos. Siento la respiración de esa persona chocar contra mi cuello y eso hace que sienta un pequeño escalofrío recorriendo mi cuerpo.

—¿Quién soy? —me susurra al oído una voz masculina que no tardo en reconocer.

—El idiota de Brent —Nada más responderle, quito sus manos de mis ojos y me doy la vuelta quedando frente a él.

—Que bonitas palabras viniendo de ti —dice el susodicho poniendo una sonrisa falsa mientras que agarra mis cachetes y comienza a estrujarlos.

Achino mis ojos e intento quitar sus manos de mis cachetes pero parece una misión imposible ya que Brent es más fuerte que yo.

Bueno en realidad hasta una mosca es más fuerte que yo.

—¡Suelta mis cachetes! —le ordeno intentando pronunciar mis palabras alto y claro.

Brent comienza a reírse hasta que finalmente para de agarrar mis cachetes y acaricia una de mis mejillas. De pronto adopta una posición dubitativa, tocando su mentón y cruzándose de brazos.

—Tu piel es suave, como la del culito de un bebé —se atreve a comentar

Frunzo mi ceño y ruedo los ojos ante tal idiotez que ha soltado.

Por un momento me quedo pensando que debo de responderle. Sin embargo, la voz de Christian interrumpe nuestra charla.

—No va a venir —comenta con una mala mueca.

No puedo evitar pensar en que habrá pasado con Dylan para que no haya accedido a venir a donde estoy. ¿Estará enfadado conmigo?