17. No todo lo que se dice es en serio.

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NARRA SOFIA

Nunca le desearía a nadie tener que estar junto a la persona con la que está enfadada en una misma sala ensayando para hacer un musical donde deben fingir que se aman.

—Chicos, necesito más emoción y entusiasmo —grita Hest intentando animar el ambiente.

Ahora mientras los demás están junto a Kamille, la ayudante de la profesora Hest, haciendo las audiciones para los demás personajes, Brent y yo estamos junto a Hest ensayando las partes de la pareja que forman Sandy y Danny.

—No puedo ponerle emoción a mis palabras si se las voy a dedicar a alguien como él —respondo con enfado.

A día de hoy, después de que pasaran un par de días desde la pelea que tuve con Brent, él no se ha decidido a hablarme para pedirme disculpas ni una sola vez.

Ya veo lo que le importo.

—Como si yo quisiera dedicarte palabras de amor a ti, no te jodecontesta Brent a mi provocación ganándose que le fulmine con la mirada.

La profesora comienza a respirar hondo y a contar hasta diez. Creo que ya hemos colmado su paciencia.

—No quería tener que llegar a recurrir a esta amenaza pero como sigáis  comportándoos de esta manera voy a tener que suspenderos la asignatura —expresa con frustración.

Brent se quedo perplejo ante la amenaza de Hest. Seguramente no se esperaba que la cosa podría llegar a tanto.

—Hest, ¿nos puedes dejar diez minutos de descanso y luego venimos con toda las pilas cargadas? —pregunta Brent, a lo que Hest le responde de manera afirmativa.

—Diez minutos, ni más ni menos —sentencia la profesora.

Después de eso Hest sale de la sala donde estamos ensayando dejándonos solos a Brent y a mi.

—Vamos a hablar las cosas de una vez por todas —me informa Brent acercándose a mí y mirándome fijamente.

—No creo que tengamos que aclarar nada —contesto de manera borde y tajante.

Brent da un largo suspiro y luego agarra mis manos atrayéndome hacia él y quedándonos a pocos centímetros de distancia. Trago saliva al sentir su cercanía ya que me genera algo de nervios estar así de cerca de un chico.

—¿Recuerdas aquel día que estuvimos así de cerca y que si no fuera porque nos interrumpieron tal vez te hubiese besado? —me pregunta a lo que asiento con mi cabeza— Después te dije que no te hubiese besado a menos que tú me lo hubieses permitido. Tú como siempre pensando mal de mí me dijiste que te estaba mintiendo, pues bien, ahora estamos los dos en una posición similar a la de aquel día y te voy a hacer una pregunta muy simple, ¿te puedo besar? —termina de hablar.

Cuando oigo su pregunta abro los ojos con fuerza y niego rápidamente con la cabeza.

Aún no estoy preparada para dar mi primer beso y menos de esta manera.

—Ni se te ocurra —termino por negar del todo. Es entonces cuando Brent me suelta y se separa de mi— ¿Por qué has hecho eso? —le cuestiono con una voz temblorosa de lo nerviosa que estoy por lo que acaba de suceder.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now