88. Rivalidad entre hermanas.

549 56 30
                                    


Capítulo sin editar

NARRA SOFÍA

Hoy me cuesta levantarme de la cama. La cena de ayer me ha dejado tan hecha polvo que aún no estoy preparada para enfrentarme de nuevo a Susan y a mi padre. Como Susan es la favorita va a caer en mi todo el peso de la pelea y siendo sincera no tengo ganas de aguantarles.

Siendo sincera me siento un poco ingenua por haber confiado en ella. Pensaba que el ser hermanas traía consigo una regla no escrita que no nos permitía hacernos daño de esa forma. Los hermanos siempre pelean pero supuestamente no se deberían de vender o echar a los perros de esas maneras y Susan constantemente lo hacía. Parecía como si solo le importara ella.

—A despertarse campeona —Mi madre entra con cuidado por si sigo durmiendo. Yo, como no quiero bajar con el resto de mi familia, finjo estar dormida.

Escucho como mi madre se acerca cada vez más y empieza a susurrarme.

—Venga cariño, que ya está el desayuno listo.

Finjo despertarme abriendo los ojos lentamente. No quiero ir pero al final es lo que me toca.

—Vale, ya bajo.

Con mis palabras mi madre asiente y se marcha con la misma dedicándome una última sonrisa antes de irse. Ella, aunque muchas veces se deje llevar por mi padre, es muy buena conmigo. Desde pequeña siempre había querido ser como ella, incluso como Susan. Ahora las cosas han cambiado.

Cojo lo primero que pillo y me cambio. Si fuera por mi bajaría en pijama. No obstante, sé que como haga eso mi padre se va a enfadar más aún y de momento eso no me conviene después de lo de anoche.

Una vez abajo me doy cuenta de que solo están Samantha y mi madre. No hay rastro ni de mi padre, ni de mi queridísima hermana mayor.

—¿Y papá y Susan? —pregunto colocándome al lado de Samantha. Mi madre se acerca a mi y me deja en la mesa un sándwich tostado de jamón y queso con un vaso de zumo de naranja.

—Se han ido a dar una vuelta por ahí —Mi hermana es la que responde a mi pregunta mientras que mi madre se trae su desayuno a la mesa. Ella solo va a comer dos manzanas.

—¿Y esa salida familiar sin la familia al completo?

Samantha y mi padre siempre se han llevado bien puesto que mi hermana mayor para mis padres es doña perfecta. Sin embargo, no suelen salir solos sin el resto de nosotras. ¿Habrá sido por lo de anoche?

—Papá estará consolando a Susan por lo de anoche, supongo.

—Siempre queda ella como la buena —recrimino estando harta del asunto.

—Sofi aquí no hay buenas ni malas —replica mi madre pensando que me hará entrar en razón. Cosa que dudo.

Llevo aguantando las tonterías de mi hermana mucho tiempo y ayer por fin pude decir lo que realmente pensaba. Ahora no voy a recular por muy mal que haya quedado.

—Sí las hay mamá, Susan es una mentirosa bienqueda y encima caprichosa.

Mi madre suspira. No le gusta que sus hijas estén así.

—Sofi por favor, no vayamos a hacer un drama de todo esto.

—¿Un drama? —Respiro para no cabrearme más de lo que ya estaba ayer—. Es ella la primera que se ha puesto a contarle de todo a papá para quedar una vez más ella como la niña perfecta y yo como la oveja negra de la familia.

Samantha aplana sus labios y me mira como si quisiera darme la razón. Sé que no interviene porque no quiere hacer daño a nuestra madre. A ella nunca le ha gustado vernos así y como es algo sensible se pone mal con facilidad.

Cumpliendo los catorceWhere stories live. Discover now