Cumpliendo los catorce

67. Entre la probabilidad y sus posibilidades

Capítulo sin editar

NARRA SOFIA

Después de mi cagada monumental con Brent he decidido hacer como si nada y seguir a lo que iba, es decir, a buscar a Christian.

Tal vez el que Brent oyese lo que dije es algo positivo puesto que teniendo en cuenta como me ha tratado últimamente con lo de la broma también se merece, en cierta manera, ver que él y lo que opine de mi no es tan importante para mi persona como él seguramente cree.

Todos sabemos que es un egocéntrico.

Zarandeo mi cabeza y dejo a un lado todos los pensamientos sobre Brent para concentrarme en lo que ahora es primordial para mi: hablar con mi mejor amigo y ver que le pasa.

Christian siempre ha estado ahí para mi y que menos podría hacer yo que devolverle el favor.

Antes de tocar su puerta, respiro hondo y me concentro en estar positiva ante todo lo que pueda decirme.

Una vez que termino, me animo a dar varios toques suaves en la puerta de su habitación con la esperanza de que me abra.

Al ver que nadie me responde vuelvo a hacerlo y sigo sin recibir respuesta, así que barajo las opciones de lo que puede estar ocurriendo ahora mismo. Por un lado, está la posibilidad de que Christian no quiera recibir visitas y me esté ignorando, esa es la opción negativa y luego está la opción positiva, que sería que no está en este preciso instante en su cuarto.

Ante estas dos posibilidades me quedo durante un par de minutos pensando en si abrir la puerta por mi propia cuenta, lo que supondría invadir su privacidad y eso haría que mis progresos por dejar de dramatizar tanto las situaciones se desvaneciesen y podría quedar como una acosadora.

Por ese motivo decido que lo mejor es marcharme para llegar a tiempo al taller de cocina y así si Christian me ha evitado puedo dejar que pase un tiempo solo, que seguramente lo necesitará.

Camino hacia el aula donde se impartirá el taller de cocina un tanto nerviosa por lo que pueda pasar. No quiero tener que ver a Brent con Vanessa pero sé que la probabilidad de que eso ocurra es alta, sobretodo porque a Vanessa le gustan este tipo de actividades y si Brent es su acompañante en los talleres de seguro que le habrá convencido para apuntarse en este.

¿Conclusión? Una situación incomoda para añadir a mi lista.

—¡Aquí estás! —exclama Anastacia —. Dylan me ha estado preguntando por ti, pensé que habías ido a verle—me recrimina en cierta manera mi amiga.

Trago saliva pensando en una excusa para darle. No obstante, la probabilidad de que me crea, en este caso, es muy baja, teniendo en cuenta lo mala mentirosa que soy.

Dicen que eso es un don con el que se nace y me da que en mi caso no ha caído esa breva.

—Es que no lo encontré así que al final me fui a comer algo, estaba hambrienta la verdad. Tú sabes cómo soy yo con la comida —Me encojo de hombros y aplano mis labios. No me gusta mentirle a Anastacia pero en este caso no lo veo como algo perjudicial.

Ella me examina con la mirada, como si no terminase de creerse lo que digo pero finalmente se limita a asentir.

—Vale, pues vamos con Dylan, hay que decirle lo de ir los tres juntos al taller, que ahora mismo empieza —me informa señalando el lugar donde está Dylan junto a John.