Capítulo 014.

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Cerré la puerta de mi nueva habitación detrás de mí. Era amplia y cómoda, pero mi piano no estaba allí y sentía un gran vacío. Me senté en el borde de la cama y solté un suspiro.

— ¿Por qué estoy aquí? —Susurré para mí misma, alcé mi mirada hacia la ventana, por la cual entraban los cálidos rayos solares. —Porque es donde debo estar—Me respondí, sabiendo perfectamente que era cierto.

Me quité mis zapatillas y luego mi chaqueta; saqué un atuendo cómodo y caminé hacia el baño, el cual gracias a dios estaba en mi habitación. Realmente no quería cruzarme con papá, pero debía "interrogarlo". Abrí el grifo de la ducha y el agua artificial comenzó a caer sobre mi cuerpo desnudo. Mi pómulo izquierdo comenzó a arder y recordé la bofetada que Justin me había dado al llegar. ¿Cuándo dejaría de golpearme? ¿Por qué no lo denunciaba y acababa con él de una vez? Algo me lo impedía... ¿Qué era?

Salí de la ducha envuelta en una toalla color azul marino y otra envuelta en mi cabello. Me miré al espejo de pies a cabeza; estaba más delgada, demasiado diría yo. Comenzaba a ver mis costillas. ¿Esto es lo que realmente quería? ¿Destruirme a mí misma para ser aceptada? ¿Fingir ser algo que no soy? La respuesta era sí, sí a todo.

Bajé las escaleras lentamente, papá estaba sentado en un sillón de madera de algarrobo, leyendo un periódico. Aclaré mi garganta y enseguida fijó su mirada en mí, caminé hacia él y me senté a su lado. No sabía cómo empezar a preguntar, era como si no lo conociera. Temía su reacción.

— ¿Necesitas algo? Puedes decírselo a Marie, tu niñera. —Dijo tranquilamente, volviendo su mirada al periódico.

— ¿Mi...qué? Papá, tengo diecisiete años... ¿No crees que es estúpido que tenga una niñera? —Pregunté enfadándome. Ahora la supuesta "Marie" no me dejaría en paz.

—Para nada, hija. Recuerda lo que te dije, cuando estés a mi lado te educaré como se debe. Eso implica seguridad y responsabilidad. Así que no saldrás de aquí, lo harás sólo para ir al colegio.

Maldije en mi interior repetidas veces.

—Está bien, papá.

++++

Viernes, por fin. Me levanté con pereza, me vestí con la ropa nueva que había sobre mi cama y decidí buscar algún teléfono. Bajé las escaleras procurando no hacer ruido, al parecer papá estaba en su trabajo. Aceleré mi paso y frené en brusco al ver a una mujer de espaldas a mí, lavando la loza. Me tapé la boca y fui dando pasos hacia atrás. Al ver un teléfono, mis ojos se iluminaron. Podría llamar a Claire y pedirle que me llevase a la preparatoria, no quería ningún tipo de chofer o aparecer frente a todos en una limusina.

— ¿Busca algo, señorita? —Oí una voz detrás de mí y maldije por enésima vez en la semana.

—Yo...si...no...Iba a pedir un taxi —Mentí, ella frunció el ceño.

—Su chofer la está esperando afuera —Comunicó, negué con la cabeza rápidamente.

—No necesito un chofer...no lo necesito...yo no...

—Su padre ordenó eso, señorita. Debo pedirle que obedezca.

La miré y viré los ojos, sin más salí de la casa. Bajé los pocos escalones que me separaban del verde césped y miré hacia adelante, encontrándome con un dios griego, literalmente. Si ese era mi "chofer", iría con gusto...oh dios, ¿Qué estoy pensando? Esto de sentirme tan dependiente de papá estaba haciendo que mi mente quisiera tomar otros rumbos. Alejé aquellos pensamientos rápidamente, mientras leía el nombre del chofer en su traje. "Logan".

Minutos después, ya estaba llegando a la preparatoria. No podía dejar que Logan estacionara frente a esta, no quería que nadie me viera así. Mordí mis mejillas interiores y luego mi labio inferior. Tenía una idea...

— ¡Para! ¡Me golpeé la cabeza...con el asiento! —Grité desquiciada, la limusina frenó de golpe haciendo que chocara con el asiento delantero justo donde Justin me había golpeado. Ahora no mentía.

Vi como Logan bajaba rápidamente y luego la puerta de mi lado se abrió. Para mi mala suerte, ya estábamos frente a la preparatoria y tenía a una multitud mirándome.

—¿Está bien, señorita? —Preguntó él, ayudándome a bajar.

—Sí, sólo fue un golpe...no te preocupes —Respondí sobando mi mejilla, de seguro estaba hinchada.

—Déjeme ver...

Mis nervios se hicieron presentes al sentir su suave tacto con mi mejilla izquierda, estaba sólo a centímetros. Mi respiración comenzó a ser más acelerada, miré sus ojos y me perdí en ellos. Unos preciosos ojos color celestes, casi como el cielo. Sus labios carnosos y rosados hacían que pensara barbaridades, su cabello castaño oscuro parecía ser tan suave...En fin, jamás se fijaría en mí.

Logan me sonrió y luego subió nuevamente a la limusina. La multitud de personas comenzó a esparcirse, aún me miraban y susurraban cosas que obviamente no podía oír. Comencé a caminar hacia la entrada de la preparatoria con la cabeza a gachas, sintiéndome avergonzaba por haber sido por primera vez la protagonista de una escena sin golpes.
Fui hacia mi casillero y saqué de él los libros que necesitaría, fijándome en las materias de hoy. Giré sobre mis talones y di un saltito.

— ¿Quién demonios era ese? —Preguntó Bieber, tomando mi brazo bruscamente.

—No te interesa—Respondí tranquilamente. Dudaba si estaba en todos mis sentidos.

De repente no oí nada más, miré sus labios y volví a mirar sus ojos. Estaba cayendo como todas lo habían hecho, pero debía ser fuerte...debía demostrarle que no era como las demás. Corrí mi mirada, deseando que me soltara de una vez y así poder salir corriendo como la maldita cobarde que era. Y lo hizo, me soltó. Lentamente me fui alejando de él, pero nuevamente su voz hizo que me detuviera en seco.

— ¿Cómo puedes estar segura de que no me interesa? 


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Se prendió esto /_\

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Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now