Capítulo 094.

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Apreté el acelerador lo más que pude, sintiendo la adrenalina recorrer mis venas. Miré mis tristes ojos en el espejo retrovisor por un milisegundo, para luego volver la vista hacia adelante y toparme con un cielo nublado y una carretera desierta.

Hacía mucho tiempo no venía a la playa. La última vez había sido espantosa, puesto que en ese entonces odiaba mostrar mi cuerpo. Odiaba que la gente me observara de reojo. Pero ahora era diferente; en ese lugar no había nadie. El clima era cada vez más frío y yo era la única loca que se le ocurría conducir hasta ese lugar. Es más, las olas chocando contra las grandes rocas en la orilla era música para mis oídos. Hacía que recordara hermosos momentos junto a Justin.

Mi corazón había dado un vuelco al oír las palabras de Logan, y aunque aún no tenía idea de qué estaba ocurriendo, mis malos presentimientos aún estaban vigentes. Aún podía sentir ese gusto amargo detrás de lo que yo llamaba "amor". Y ahora me odiaba a mí misma por haberme enamorado de un chico con tantos secretos y problemas. Pero se suponía que debía ser así, ¿No? Jamás me había puesto a pensar en que Justin era el indicado. Jamás me había debatido si realmente podía y quería enamorarme de él. Simplemente ocurrió, y ahora estaba pagando las consecuencias.

Me senté en la orilla y abracé mis piernas, las cuales no dejaban de temblar con debilidad. Quería recostarme en la arena y pedirle al océano que me tragara, pero también quería salir corriendo en busca de respuestas. Esas malditas respuestas que tanto huían de mí.

Una gota fría cayó sobre mi mejilla, y se deslizó hasta caer en la blanca arena. Llevé mi vista hasta el cielo y comprendí que la lluvia era mi mejor amiga. Siempre acompañándome. Siempre conmigo en los momentos más tristes, como también en los que se acercaba la felicidad de apoco.

Debido a que la ciudad era Seattle, todos los habitantes, incluyéndome, estábamos acostumbrados a este tipo de clima. Tan frío y lluvioso. Tan gris y triste. Tan yo.

Cerré mis ojos nuevamente, respirando con algo que yo llamaba "tranquilidad". No era una tranquilidad normal, puesto a que estaba sujeta a un problema, y ese problema estaba sujeto a otro, y así sucesivamente. Entrar a mi tranquilidad o "burbuja" era mi pasatiempo favorito. Realmente podía estar horas y horas pensando en lo miserable que era, incluso habiendo personas alrededor.

Sonreí a la nada recordando cuánto le molestaba a Justin que lo ignorara, sólo por estar encerrada en mi mente. Sus gestos y gruñidos eran la mismísima gloria en un momento así. Extrañaba recostarme en sus brazos y poder sentir su aroma tan masculino. O que me susurrara al oído con sensualidad, mientras sus manos recorrían mi cintura. Extrañaba sus labios, sus grandes manos, su forma de caminar y hasta su cabello alborotado por las mañanas...

Carajo.

Saqué mi teléfono móvil de mi bolsillo y tomé una fotografía, en la cual podía verse el océano y el cielo también. Era increíble el paisaje que tenía delante de mí. Y sí, odiaba disfrutarlo sola. Mordí mi labio inferior, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas y dejando que la brisa moviera mi cabello libremente. Pronto sentí la vibración del aparato y dudé en contestar, después de todo había venido en busca de un alejamiento.

Cuando dejó de vibrar me tranquilicé, pero no duró mucho tiempo. El iPhone volvió a vibrar y viré los ojos, sin siquiera leer de quién se trataba.

—Diga.

—¿____? Cariño, ¿Dónde estás? Tu padre quiere verte. —La voz de Marie sonaba aún más tranquila que todo en este lugar.

—Estoy algo ocupada. —Mentí, queriendo morir por dentro.

—Supuse que así era, pero él insiste. La enfermera lo llevó a la habitación de Logan para que pudiera verlo, pero se desanimó al no encontrarte allí.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now