Capítulo 053.

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El sol brillaba más de lo normal, incluso los noticieros locales estaban sorprendidos por el cambio climático tan brusco. Era perfecto. París era asombroso.

Y dejando de lado aquello, mi preocupación crecía a cada instante haciendo que me sintiera estresada, sola, sin ánimos. Justin lograba hacerme reír como nadie nunca lo había hecho, pero no era suficiente. La idea de que papá le cediera la custodia a mi madre me aterraba. Había algo en ella que me hacía desconfiar.

Su forma tan cínica te expresar sus sentimientos hacia mí dolía más de lo normal. Era mi madre, ¿Acaso no debía al menos sentir un poco de cariño por mí? ¿Por qué no podía hacerlo?

—Esa nube se parece a un bebé. —Oí la voz de Justin a mi lado, mientras con mis manos cortaba un poco de césped.

—Santo cielo —Expresé al ver la nube perfectamente igual a la forma de un pequeño bebé. —Tiene que ser una broma.

Me levanté con la sensación de que tenía más de una hoja otoñal en mi cabello y alcé la mirada. Justin carcajeó y acarició mi espalda baja con suavidad. Era como si aquella caricia que me brindaba me llenara de amor, alegría, ganas de vivir. Me repetiría a mí misma todo el tiempo que sólo él lograba hacerme feliz. Era más que cierto.

— ¿Quieres ir a almorzar? —Preguntó.

Asentí. — ¿McDonald's?

—Suena bien.

Al ponerse de pie me tendió su mano, la cual tomé con gusto. Entrelazó nuestros dedos firmemente, comenzando a caminar por el precioso parque. Habíamos estado allí al menos una hora, recostado en el frío césped que parecía sintético. Estar a su lado era como tener todo el oro del mundo o volar. Una sensación maravillosa.

Con un poco de esfuerzo logré leer el cartel que indicaba dónde nos encontrábamos: "Place de la République". Era un lugar bastante recorrido por todos los ciudadanos, especialmente turistas o personas que huían de sus padres con el amor de su vida. Vamos, ¡No podía haberme pasado sólo a mí!

La fila, para nuestra suerte, no llegaba a las cuatro personas. Justin decidió que era mejor sentarnos, así que lo seguí con paciencia. Uno de los empleados se acercó a nosotros y clavó sus ojos en mí, sonriéndome cordialmente. Le devolví la sonrisa y dirigí mi vista hacia la carta, sintiendo una intimidante mirada.

— ¿Qué van a ordenar? —Preguntó el chico, sacando un lápiz de su bolsillo.

Justin dejó la carta en la mesa bruscamente. —Dos hamburguesas y dos sodas.

—Bien, enseguida traeré su pedido.

Apreté mis labios al sentirme excluida de todo. ¡Ni siquiera había podido opinar! Algo me indicaba que Justin no estaba de humor, pero vamos, hace unos minutos me llevaba de la mano con dulzura y sin preocuparse por nada. No quería por nada en este mundo que volviera a demostrarme lo bipolar que era.

—Hubiese querido ordenar por mí misma. —Exclamé con cautela, echándome hacia atrás.

—No hay ninguna diferencia, hubieras pedido hamburguesa. —Respondió dejando todo rastro de dulzura en el suelo.

— ¿Cómo lo sabes? ¿Acaso puedes leer mi mente o algo así?

—No, lo único que sé es que si ese idiota sigue mirándote así voy a partirle los dientes.

Viré mis ojos y corrí un mechón de mi cabello detrás de mí oreja. Por más feliz que me hiciera, existían veces que me exasperaba. Vi al empleado volver con dos bandejas en sus manos y mirarme como lo había hecho anteriormente, sólo que esta vez no presté atención. Y de repente mi mirada se dirigió a Justin levantándose de su asiento y tomando al pobre chico de su camisa con fuerza.

— ¿Qué tanto la miras idiota?

— ¡Justin para! —Atiné a decir antes de que todos los presentes se dieran cuenta de la situación.

El chico negó con la cabeza más que asustado. —N-no la estaba mirando...

—Justin por favor. —Dije mientras tomaba su brazo con suavidad.

Él disminuyó su fuerza hasta soltarlo con brusquedad, tomó mi mano y salimos del lugar en silencio. Al llegar afuera me solté de su agarre y caminé sola en dirección contraria, queriendo evitarlo a toda costa.

—Vuelve aquí Hall. —Ordenó, caminando detrás de mí.

—Déjame en paz.

Tomó mi brazo y me acercó a él, haciéndome quedar a sólo centímetros de su boca.

—No sé qué me pasó.

—No tenías razón para reaccionar así. Recuerda que no somos nada, sólo estamos aquí porque quisiste traerme. —Murmuré, bajando la mirada.

—Lo sé. Perdóname.

Uno de mis mayores errores era mirarlo a los ojos en los momentos menos debidos, caía en sus redes fácilmente y no podía escapar de allí.

Sólo pude asentir y sus labios capturaron los míos lento y suavemente.

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Una brisa cálida chocó en mi rostro y cerré los ojos, sonriendo. Justin me abrazó por detrás apoyando su cabeza en mi hombro y mi sonrisa se extendió aún más.

El alto de la torre Eiffel sobrepasaba todos mis límites de miedo, pero me sentía más que protegida. Sólo quedaban pocas personas y el cielo comenzaba a llenarse de estrellas titilantes y una luna llena preciosa. Jamás hubiera imaginado que estaría en París siendo más feliz que nunca.

—Sabía que te gustaría estar aquí.

—Es más que hermoso. —Respondí, tomando su mano.

—Lo es, pero vine con un solo propósito.

Tomó mi cintura y me giró hacia él, besando mi mejilla.

— ¿Cuál? —La duda comenzó a carcomerme poco a poco.

Clavó sus ojos en los míos. —Hall... ¿Quieres ser mi novia? 



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Hasta aquí por hoy girlsss<3 

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Rom.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now