Capítulo 073.

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Clavé mis ojos en la absurda película que estábamos viendo. Justin soltó una carcajada y literalmente escupió las palomitas que tenía en su boca. Reí y me acomodé en su regazo, esta vez observando su perfecto rostro.

¿Qué demonios haría sin este chico? Es decir, era mi todo. Incluso en los peores momentos estaba a mi lado, sin importar nada ni nadie. Me protegía, me amaba, me hacía feliz. ¿Qué más podía pedir? El sólo hecho de tenerlo a mi lado era suficiente para que mi sonrisa no se borrara de mi rostro en ningún momento, quitando mis preocupaciones y dudas que revoloteaban en mi cabeza.

Y estaría agradecida por el resto de mi vida.

— ¿Hall? —Preguntó y salí de mi burbuja. —¿Te sucede algo?

—No, tranquilo. —Sonreí, mostrando mis blancos dientes.

—Está bien. ¿Quieres traer más palomitas?

Asentí. —Ahora regreso.

Tomé la bandeja entre mis manos y caminé hacia la cocina. El delicioso olor a palomitas de maíz recién hechas inundó todo mi ser. Llené la bandeja y antes de volver a la sala tomé dos latas de soda.

Me dispuse a regresar y noté que Justin no estaba en el sofá. La película estaba pausada y había un silencio bastante aterrador. Me senté nuevamente en el sofá y dejé todo sobre la mesa ratona. De repente sentí algo frío en mi cuello y unas manos en mi nuca. Bajé la mirada y abrí mis ojos como platos al ver un hermoso collar de oro adornado con diamantes.

—¿Qué...?

—Feliz cumpleaños, preciosa. —Susurró Justin en mi oído.

Dirigí mi vista hacia el reloj de pared y efectivamente eran las doce en punto de la noche. Una sonrisa se formó en mi rostro y sin dudarlo me lancé a sus brazos, besando sus labios dulcemente. Él me envolvió en sus brazos, acariciando mi cintura por debajo de mi blusa.

—Te amo, Justin —Murmuré, clavando mis ojos en los suyos.

Sonrió, tomando mi rostro entre sus manos. —Yo a ti, Hall.

+++

Solté un largo suspiro luego de verme en el espejo. Todo estaba preparado. Llevaba puesto un lindo vestido blanco, tacones altos color rosa pálido, y mi cuello estaba adornado con el collar que Justin me había regalado; Marie me había prometido hacer un delicioso almuerzo. No me quedó otra que aceptarlo, luego arreglaría las cosas con papá.

Observé a Justin de reojo y lo encontré mirándome de pies a cabezas, y para mi suerte el nerviosismo no se presentó en mí. Le sonreí para después morder mi labio inferior y acercarme a él, tendiendo mis brazos hacia adelante. Se levantó de la cama y me envolvió en un tierno abrazo. Su aroma a perfume masculino y caro se adentró a mis fosas nasales, atontándome.

— ¿Vamos? —Preguntó.

Asentí insegura. —Aguarda un segundo, necesito verme una vez más. —Dije y caminé nuevamente hacia el espejo, él me abrazó por detrás.

—Estás jodidamente hermosa, Hall. —Susurró y le sonreí.

—Gracias —Respondí bajito y me dio un corto beso, para luego salir de la habitación.

Bastaron unos cinco minutos para que llegáramos hasta su auto y subiéramos. Observé el cielo a través de la ventanilla; aún no podía creer que cumplía dieciocho. Prácticamente era libre. Podría elegir una carrera para seguir y luego conseguir un empleo. A pesar de ser la "heredera" de la fortuna de papá, sentía que debía crecer por mí misma. La empresa sería un tema difícil de comprender. Realmente no sabía absolutamente nada de negocios y mucho menos de máquinas de construcción, que eran la mayor venta.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now