Capítulo 086.

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Observé el techo con mis ojos cristalizados, cerrándolos a continuación. Aquel beso había hecho que me diera cuenta del estado en el que me encontraba; jamás lograría olvidar a Justin. Jamás dejaría de amarlo. Todo giraba en torno a él, y dolía demasiado. Logan había salido de mi habitación luego de que comprendió que no pasaría nada entre nosotros, y me odiaba a mí misma. ¿Qué clase de chica rechazaría a alguien como él? Era atractivo, inteligente, respetuoso y sobre todo amable. ¿Por qué no podía ser feliz?

Si bien sabía que mi destino era sólo sufrimiento, aún conservaba una pequeña porción de esperanza. Creía que por un momento lograría ser feliz. Lo necesitaba. Y también necesitaba que todas mis dudas se aclarasen de una buena vez y así al menos mi cabeza dejaría de amenazar con estallar.

Una lágrima se resbaló por mi mejilla y la limpié suavemente, sintiendo mi piel fría bajo ésta. Me levanté de mi cama y caminé hacia la ventana, corriendo las cortinas. El cielo estaba despejado, y podía ver la hermosa luna llena que lo adornaba. Luego de haberle pedido a Logan que me dejara sola sentí un vacío dentro de mí, incluso mayor del que ya sentía. Sus ojos se habían apagado al instante, haciéndome sentir una completa mierda.

No podía ni quería olvidar a Justin.

Aún después de tres meses mis sentimientos hacia él estaban intactos. Lo amaba con cada parte de mí ser. Había sido mi primer amor, y créeme, nadie olvida a su primer amor. Ni siquiera una chica diferente, con un pasado oscuro y cicatrices en su corazón como yo.

Y la pregunta era, ¿Me atrevería a hablarle?

Giré mi rostro al oír un ruido en el exterior. Parecía que la rama de un árbol se había partido, o un ruido similar a eso. Me estremecí al ver a alguien correr con agilidad y rapidez, pasando justo al lado de mi auto. Todos mis sentidos se agudizaron y rogué no desmayarme ahí mismo. Cerré las cortinas y decidí bajar a la cocina, así podría beber agua fresca y despejar mi mente al menos unos segundos. Temía que con tanta carga negativa dentro de mí estuviera alucinando.

Al llegar a la primera planta me dirigí firmemente hacia la cocina, la cual estaba vacía y oscura. Encendí las luces y entrecerré los ojos debido a la potencia que éstas tenían. Abrí el refrigerador, sacando un envase lleno de agua sin gas. Vertí un poco en un vaso y lo bebí con lentitud, para luego dejarlo en el fregadero.

Refunfuñé en mi interior en cuanto las dudas volvieron a mí. Se suponía que sería feliz, que todo sería de color rosa y que lo único que debía ocupar mi mente eran los estudios. Pero no, claro que no. Aquí estaba yo marcando una gran línea negra que separaba la felicidad de mi destino, rompiéndola en pedazos. Me sostuve de la encimera, sintiendo un leve mareo; quería que todo acabara de una buena vez. No sabía que tan maldita había sido en mi vida pasada, pero definitivamente estaba pagándolo en esta vida.

Vi a papá entrar con su pijama a cuadros. Traía sus lentes de lectura que, de por sí, eran bastante chistosos. Sonreí a la nada, imaginándolo mirándose al espejo y maldiciendo.

— ¿Estás bien? —Me preguntó, lo miré.

—Sí, tenía sed. —Respondí queriendo gritar a todo pulmón.

Asintió—Con todo esto de la empresa he olvidado tomar mis pastillas. —Informó mientras buscaba en el estante las mismas—.Por suerte Marie me lo recuerda.

—No sé qué haríamos sin ella.

—Ni yo, es un ángel. —Alzó sus hombros y tomó la pastilla, bebiendo agua a continuación.

Sonreí de costado. —Iré a la cama. Buenas noches, papá.

—Descansa cariño.

Depositó un beso en mi frente y yo no pude evitar esbozar una sonrisa otra vez. Subí las escaleras, me adentré a mi habitación y me acosté en mi cama, cubriéndome hasta el cuello con las frazadas. Estaba dispuesta a relajarme y a no pensar en nada más por hoy. Ni siquiera en Justin.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now