Invisible »Jb. |Finalizada

Capítulo 034.

"Lo matará..." Me repetí a mí misma, sin siquiera parpadear. Lo último que había visto era a Justin salir a toda prisa de su casa, totalmente furioso. Salí de aquella burbuja que no me dejaba reaccionar y corrí tras él, tomándolo del brazo con fuerza. Me observó de reojo y frunció el ceño levemente, mientras la lluvia nos empapaba en nuestra totalidad.

—No dejaré que vayas a ningún lado, Justin —Balbuceé, sintiéndome nuevamente como una pequeña oveja frente a un lobo feroz.

—Te hizo daño. —Susurró, clavando sus ojos en los míos.

Me sentí desfallecer.

—Matt no me hizo daño, no lo he visto en días. —Respondí sincera mientras tomaba su mano suavemente.

Se acercó a mí sin cautela y tomó mi rostro entre sus manos, haciendo que contemple su mirada tanto como él lo hacía. Sólo unos pocos centímetros me separaban de sus labios; y era una de las cosas que más adoraba de Justin. Hacía que deseara besarlo...sabía perfectamente que así sólo él tendría el poder. Y por más extraño que sonara, eso me encantaba.

—Debes creerme —Murmuré bajito, rogando en mi interior que así fuera.

—Haz que te crea.

Sin más lo besé, deseando que así él cambiara de opinión. Era la primera vez que demostraba cuanto anhelaba que confiara en mí como yo lo hacía en él. Nuestros labios se amoldaban a la perfección, mientras Justin acariciaba mi mejilla tan dulce y delicadamente. Las mariposas en mi estómago revoloteaban por doquier, estaba sonrojada levemente y además tenía la necesidad de saltar, correr, reír y sobre todo gritar cuánto bien me hacía tenerlo a mi lado.

— ¿Justin? —Oímos detrás de nosotros.

Aquella voz masculina se me hacía tan conocida, era casi como volver al pasado. Miré a aquel hombre con curiosidad, mientras Justin caminaba hacia él firmemente.

— ¿Qué demonios quieres, Jeremy? —Preguntó brusco, enfrentándolo.

—Tengo un trabajo para ti, entra en cuanto deseches a tu chica. —Exclamó "Jeremy", entrando a la casa a continuación.

No sabía bien a qué se había referido con "desechar", pero una cosa estaba más que aclarada: Ese hombre era el padre de Justin, quien había tenido el accidente con mamá. Entonces, ¿Por qué su voz se me hacía tan conocida? ¿Por qué al verlo había sentido escalofríos?

—Perdón por eso, Hall. —Dijo Justin, volviendo a mi lado.

—No te preocupes, será mejor que entres, te enfermarás.

—Es cierto, vamos.

Ni siquiera me había dejado oponerme, tomó mi mano y ambos entramos a su casa. Después de todo, no llegaría tan tarde a casa.

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Casi media noche; papá me mataría. Y no sólo eso, estaba segura que me interrogaría y luego podría enviarme a un colegio de monjas, liceo del ejército militar o hasta a un internado. Era el momento exacto para preguntarme ¿Quién era peor? ¿Mamá o papá?

Siempre creí que mamá estaba destruyendo mi vida de a poco, pero papá estaba haciendo que me odiara a mí misma por amar a alguien. Incluso me había prohibido acercarme a Justin, siendo él quien lo había contratado como mi "espía". ¿Quién demonios entiende a los padres? Sabía que había padres normales, quienes dejaban salir de fiesta a sus hijos si traían una buena nota, o si hacían quehaceres en sus hogares. Pero los míos se odiaban mutuamente, eran enemigos del alma y quien salía perjudicada allí era yo. Por eso odiaba las separaciones, los divorcios y las peleas. Por eso y sólo por eso trataba de evitar cualquier discusión con las personas, sobre todo con quienes más quería.

Caminé hacia el patio trasero de la casa y trepé como pude. Al llegar al segundo piso, abrí la ventana de mi habitación y entré, cerré silenciosamente y di media vuelta. No lograría nunca olvidar el rostro de Marie al verme.

— ¿Qué significa esto? —Preguntó, cruzando sus brazos.

La ignoré y abrí la puerta de mi habitación, esperando a que ella saliera.

—Vete, ahora. —Exclamé con cierto enojo,

— ¿Aún estás enojada? ¡Hice lo que debía hacer, ____! ¡Fue por tu bien!

— ¡Vete!

—Comprende que sin mí, tú serías enviada a un colegio de monjas. —Balbuceó, por suerte logré oírlo.

— ¿Qué? ¿Cómo...? —Tartamudeé sin saber qué decirle, después de todo podría ser cierto.

—Tu padre ha estado averiguando sobre liceos privados desde que llegaste aquí y borré todo rastro de los números que logró conseguir. He pasado por lo que tú estás pasando y créeme, cariño, si tu padre no lo hubiese sabido, tú no lucharías por el amor de ese joven y estoy más que segura que te hubieras rendido desde que recibiste una bofetada.

—Marie...

—Debes entender que tu padre no te quiere aquí.

Y sin más salió de allí, mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla. Estaba por ser enviada por mi padre lejos de aquí, era luchar y tener miles de obstáculos sólo por una cosa: el amor. Marie no sólo tenía razón, sino que también comprendía mi sufrimiento.

Aquella bofetada que me había dado papá no tenía una razón, sólo quería alejarme de él por que sí. ¿Por qué me había traído a su casa, entonces? ¿Por qué me había engañado con tantos "te quiero, hija"? ¿Cuánto más me quedaba por sufrir? Amaba a papá, había aprendido a sentirme protegida estando a su lado...

No había tenido en cuenta que después de una caída, venía el impacto.

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Hasta aquí por hoy<3 

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PD: Ya queda muy poco para el 2018, año que elegí para subir mi novela "Su víctima" a Wattpad. ¡Está disponible su prólogo en mis historias! Me gustaría que pasaran a leerlo y, como sabrán (o no), he dejado varias aclaraciones que nunca pensé contar, pero que sé que servirán para no tener problemas luego de leer esa maravillosa historia. ¡GRACIAS!

Rom.