Capítulo 021.

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El contacto del algodón lleno de alcohol en mi pómulo izquierdo hizo que ahogara un grito y cerrara los ojos. Al abrirlos, la enfermera Staicey, quien por cierto era nueva, salió de la sala de enfermería, dejándome sola. Miré hacia abajo recordando la golpiza que Hailey me había proporcionado, y cómo yo no había hecho nada.

—Ya puedes irte, _____ Hall. —Dijo seriamente la enfermera, por mi parte asentí y me bajé de la camilla.

Caminé hacia los pequeños bancos que habían fuera de la oficina del director y me senté intranquila, pensando en qué carajos podría estar diciéndole Hailey al director y a papá. Sí, papá estaba allí adentro.

— ¿Entonces serán sólo dos semanas? —Preguntó papá, justo después de salir de la oficina con el anciano canoso detrás de él.

—Sí, esperemos que la señorita Johnson respete mi decisión. En caso de que no sea así, tomaré medidas aún más estrictas. —Respondió el director. Viré los ojos.

—Eso espero.

—Tiene mi palabra, señor Hall.

Ambos estrecharon sus manos y luego papá se dirigió hacia mí, observándome sin cautela. Sonreí leve sintiendo el ardor de mi pómulo. Dejé de hacer el esfuerzo por demostrarle a papá que estaba bien, porque era más que obvio que no era así.

— ¿Quieres ir a casa? —Me preguntó, tomando mi mano como si fuera una niña pequeña.

—Sí.

Solté su mano y llevé la mía hacia el algodón en mi pómulo. Giré mi cabeza hacia mi derecha antes de salir y lo vi. Justin me miró con sus ojos tan apagados como siempre los tenía, y sólo pude dedicarle una sonrisa de lado que sorprendentemente imitó.

Subí al auto de papá y apoyé mi cabeza en la ventanilla, abrochando el cinturón de seguridad sin ganas. Unos segundos después subió papá y me miró atento, esperando algún porqué del conflicto que había tenido con Hailey: Luego de que me dijo perra, la tomé del cabello por primera vez con intensión, y luego recibí sus golpes en mi rostro. Para mi suerte, las personas que antes observaban cómo yo era golpeada separaron a Hailey de mí. De todas formas tenía mi pómulo izquierdo casi morado del puñetazo que esa hueca me había dado.

¿Qué le contaría de eso a papá? Nada.

—Quiero una explicación lógica de por qué tienes tu mejilla así, _____. —Dijo tranquilo, sin poner tensión a la situación.

—Tuve problemas...

— ¿Qué tipo de problemas? —Insistió jugando con las llaves del auto, viré los ojos.

—Una estúpida me insultó y la golpeé, ¿contento? —Respondí, sabiendo que estaba actuando como una "rebelde" cuando siempre había sido yo la estúpida.

—No me hables así, jovencita. Sabes muy bien que soy capaz de todo por ti, hasta de meter preso al padre de esa chica. —Observé a papá de reojo y él alzó sus dos cejas.

—No tienes por qué involucrar a la familia de Hailey aquí, papá. No volverá a ocurrir nada más.

—Eso espero, porque si llegara a enterarme nuevamente que alguien te hizo daño...no responderé a mis actos.

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Bajé del taxi para luego caminar hacia la casa de mamá. Claro que papá no sabía nada, él jamás me perdonaría si supiera que venía a traerle alimentos a ella. Y es que era mi madre a pesar de todo, no podía dejar que pasara hambre.

—Hola...—Alargué, entrando a la vieja casa mientras el suelo rechinaba con cada paso que daba. — ¿Mamá? —Pregunté entrando a la cocina. Nadie respondió.

Dejé las bolsas del supermercado, las cuales estaban repletas de comida, sobre la mesa. Alcé la mirada hacia la puerta, donde pude contemplar las persianas abiertas y algo rotas. Fruncí el ceño levemente y caminé hacia allí, con algo de preocupación. Abrí despacio la puerta y solté un suspiro de alivio.

— ¿Qué estabas haciendo ahí, mamá? —Pregunté algo enojada, ella rió.

—Tratando de tomar sol —Respondió riendo sin cautela.

—Mamá...está lloviendo. —Viré los ojos, notando lo borracha que estaba. —Vamos adentro...

—Deja a mamá disfrutar del sol un poco más, nena. Luego te compraré un perrito—Se resistió, y aun así logré que entrara nuevamente a la casa.

Ambas subimos las escaleras como dos ancianas de noventa años y la ayudé a meterse a la tina, me senté en el suelo mientras observaba como trataba de entrar en sí. Mordí mi labio pensando en lo horroroso que era para mamá no tener a alguien que la ayudase, a nadie que pensara en ella como una mujer y no como basura. Cada vez que lo pensaba, me preguntaba cómo habría sido la vida de mamá al lado de papá. O por qué se habían separado... ¿Qué demonios pudo haber ocurrido para que su matrimonio acabara? Estaba claro que mamá jamás había sido muy fiel, pero papá también tenía sus defectos. ¿Quién era el culpable entonces?

—Gracias por ayudarme, hija. —Oí de repente, y la miré.

—No es nada, sólo lo hago porque no me gusta verte así.

Un silencio incómodo reinó el lugar, y entonces oí un sollozo de su parte. Miré a mamá con compasión, brindándole leves caricias en su mano.

—Sólo desearía poder volver el tiempo atrás, y borrar el peor error que cometí.

Fruncí el ceño. — ¿Qué error, mamá?

—No puedo decírtelo, ______. —Murmuró casi inaudible.

—¿Por qué no puedes? —Insistí, mientras apretaba su mano.

—Porque no, y punto. —Dijo firme, secando sus lágrimas bruscamente.

—Dímelo mamá, por favor...

— Si te lo digo, me odiarás por el resto de tu vida.

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HAAASTA AQUÍ <3 ¿Qué creen que esconde la mamá de Hall?

COMENTA Y VOTA SI QUIERES MÁS, y perdón por la tardanza :(

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now