Invisible »Jb. |Finalizada

Capítulo 033.

Justin tomó mi rostro entre sus manos, mirándome fijamente a los ojos. Tanto así que sentía como si estuviera leyendo mis pensamientos, mis dudas y mis temores. Como si realmente estuviera buscando una respuesta con tan sólo una mirada.

—Explícame esto, ______ Hall. —Susurró, haciéndome sonreír. Jamás lo había oído decir mi nombre completo.

—Sólo sé que por alguna razón no quiero alejarme de ti, Justin. —Respondí de igual forma al notar su confusión.

Tal vez y sólo tal vez él estaba dándose cuenta de lo que yo estaba sintiendo. Podía notarlo en su mirada, en su forma de hablar, en sus ademanes y en sus extrañas muecas. Santo cielo, ¿Aquella era yo? ¿Estaba animándome a hablar a sólo centímetros de su rostro, incluso con sus manos en mi cintura?

—Entonces, ¿Por qué estabas llorando cuando llegué? ¿Por qué me has ignorado? —Prosiguió, negué lentamente con la cabeza.

—No quiero hablar de eso ahora...—Balbuceé, mirando hacia otro lado.

Volvió a tomar mi rostro entre sus manos, acercándome aún más a él.

—Lo harás. —"Ordenó", volví a negar.

—Pero...

—Vamos a mi casa. —Volvió a usar aquel tono, aun así me gustaba.

—Yo...

—Ahora.

Tomó mi mano suavemente y comenzó a caminar hacia afuera de la preparatoria. Sólo me limité a seguirlo.

++++

Las gotas de la lluvia caían con fuerza sobre la acera, podía oírlo desde la cocina de la "gran mansión Bieber". Aquellos grandes ventanales que tanto había admirado cuando los vi por primera vez con mamá se contemplaban muchísimo mejor de cerca. No lo dudé y me acerqué, corriendo sólo un poco la cortina blanca. Una pequeña duda que tenía por fin tuvo su respuesta: habría truenos esta noche.

¿Truenos? ¿Aquellos fenómenos naturales que tanto odiaba? Si fuera por mí, haría que desaparecieran para siempre. Solía inundarme de malos recuerdos al oírlos, incluso hasta recordaba la última vez que había escuchado su horrible sonido; estaba en mi habitación justo en la vieja casa de mamá, sentada en la "cama" y cubierta con una simple frazada cocida a mano. El techo semi-abierto dejaba que el aire frío y la lluvia se colaran junto a mí, y entonces pude oírlo.

Definitivamente no era nada común que tu vida se marcara por un simple trueno, pero las veces que había estado encerrada en la oscuridad con un simple té de hierbas a mi lado y una biblia sobre mis piernas eran lo suficientemente traumatizante...

— ¿En qué piensas? —Preguntó Justin, haciendo que dé un pequeño saltito.

—En nada, es sólo que...

Prácticamente chillé en mi lugar y corrí a los brazos de Justin. Él me miró confundido, comprendiendo luego que todo había sido a causa de un maldito trueno. Me sonrojé levemente. ¡Definitivamente los detestaba!

—Tranquila, es sólo un rayo. —Dijo con paciencia, sosteniéndome.

—No es un rayo, Justin —Respondí pausadamente. —Es un...un trueno.

La risa que oí segundos después hizo que lo fulminara con la mirada.

— ¿Le temes a los truenos, Hall? —Preguntó con gracia, volviendo a reír.

—No es gracioso. —Me crucé de brazos, caminando hacia la sala de estar.

Me senté en el gran sofá, apoyándome en el suave respaldo. Bieber se sentó a mi lado y pasó su brazo por encima de mis hombros, acercándome a él sin cautela. Dibujé una sonrisa en mi rostro al sentir su respiración en mi mejilla.

— ¿Ahora me explicarás por qué has actuado así en la tarde? —Preguntó, buscando mis ojos.

—Siento haberte besado sin siquiera avisarte. —Me disculpé rápidamente, bajando la mirad

—No hablo del beso que me has dado, incluso yo te llevaría a mi habitación ahora mismo y te haría mía sin parar. —Dijo con seriedad, me eché a reír.

¡Por todos los cielos!

—Yo...

— ¿Qué te sucedió en la mejilla, _____? —Su tono hizo que volviera a ponerme seria, pasando mi mano por mi mejilla.

—Oh, esto...no es nada. —Respondí dulcemente, tratando de que sonara creíble.

—He notado ese maldito moretón desde que llegaste a la preparatoria. —Soltó bruscamente, sólo me limité a callar. — ¿Quién demonios te lo ha hecho?

—Me he golpeado, Justin. —Balbuceé.

—Fue Matt, ¿cierto?

Abrí los ojos como platos al ver que tomaba su chaqueta y se la colocaba con prisa. Me levanté del sofá y corrí hacia él como lo había hecho minutos antes, tomándolo del brazo.

— ¿A dónde vas? —Pregunté, parándome justo frente a él.

Su mirada tan cautivante se posó en mí, mientras contemplaba mis ojos.

—Voy a matar a ese hijo de puta.

Y sin más salió de la casa, dejándome totalmente en shock.

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Hasta aquí por hoy<3

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Romi.